Ciriaco Benavente, nombrado obispo de Albacete en un acto al que asistió el Nuncio del Papa en España

Actualizado: sábado, 16 diciembre 2006 15:11

El nuevo obispo expresó su intención de "seguir trabajando en los surcos abiertos por mis predecesores"

ALBACETE, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -

Monseñor Ciriaco Benavente Mateos ya es, desde hoy, el nuevo Obispo de la Diócesis de Albacete, tras recibir el báculo que le acredita como tal de manos del Nuncio del Papa en España, Monseñor Manuel Monteiro de Castro, en una ceremonia de casi dos horas celebrada en la Catedral de Albacete.

El nuevo obispo llegó a la catedral albaceteña andando, desde el Obispado de la capital, alrededor de las doce menos veinte de la mañana y entró al templo, abarrotado de gente, donde le estaban esperando más de 250 sacerdotes, 44 obispos, entre ellos su antecesor, Francisco Cases Andreu, arzobispos como el de Madrid, autoridades albaceteñas y castellano-manchegas y representantes eclesiásticos y políticos de Coria-Cáceres, Diócesis de la que provenía.

El vicario de la Diócesis, Luis Marín, que sustituye en funciones al nuevo obispo desde enero cuando dejó su puesto el anterior, dio la bienvenida a Ciriaco Benavente a quien "acogemos como obispo y pastor y le agradecemos su sí incondicional y generoso".

Llega a una Diócesis, le dio a conocer, de 14.926 metros cuadrados de extensión y con 376.000 habitantes, creada en 1949 por una bula papal de Pío XII. "Nuestra historia es corta y su tinta es aún fresca y por eso es posible borrar cualquier error con paciencia y esperanza", manifestó Marín, que además reconoció que los problemas con los que cuenta son los mismos que el resto que afectan al resto de diócesis, como la crisis de valores, la de vocaciones o la "resistencia a la evangelización".

Luis Marín finalizó pidiendo a la Virgen de Los Llanos, patrona de la ciudad, protección para que el nuevo obispo tenga una ejecución de su actividad pastoral lo más efectiva posible.

LOS RETOS

Por su parte, el Nuncio del Papa Benedicto XVI en España, monseñor Monteiro de Castro, agradeció el trabajo realizado por Francisco Cases en los nueve años que ha estado al frente de la Diócesis albaceteña --ahora está en la de Canarias--, la de Luis Marín, desde enero, y a la Diócesis de Coria-Cáceres, y confió que pronto tengan un buen obispo en el puesto que ha dejado Benavente Mateos.

Tras dar lectura a la letra apostólica enviada por el Papa Benedicto XVI confirmando el inicio de la labor ministerial del nuevo obispo de Albacete, el Nuncio entregó el báculo al nuevo obispo, acreditándolo oficialmente como tal. A partir de ahí, la ceremonia la continuó él con unas palabras de agradecimiento y el sermón de su primer acto en Albacete.

"Vengo de una antiquísima iglesia como es la de Coria-Cáceres, a la que he querido muchísimo, como ya quiero a esta nueva a la que hoy llego, y que me ha acogido con una generosidad que no merezco", declaró Monseñor Ciriaco Benavente.

El nuevo obispo expresó su intención de "seguir trabajando en los surcos abiertos por mis predecesores" y admitió que hay retos y problemas que tiene la Iglesia y que hay que afrontar. Entre ellos, mencionó "la mundialización, el rostro de la pobreza y la exclusión, el problema sangrante del respeto a la vida en todas sus fases o la crisis de los valores".

Por ello, añadió, es "necesario el diálogo interreligioso" para distinguir la fe de los fundamentalismos religiosos y hay que trabajar unidos por la paz y el entendimiento entre los pueblos y las culturas.

"Sé que os preocupa y ocupa, igual que a mí, la frágil y difusa identidad cristiana, la escasez de vocaciones, también en el matrimonio, y por ellos hay que trabajar en lograr comunidades vigorosas capaces de transmitir el amor de Dios".

Benavente Mateos concluyó señalando que "no se me ocurre nada mejor que decir, además de lo que ya os he dicho antes, que invitaros a servir a la palabra de Dios" porque, el evangelio "es una propuesta de felicidad y plenitud, no un yugo para nosotros".

Tras los aplausos de la multitud congregada, continuó la ceremonia, a la que asistieron, entre otros, el ex presidente regional y ex ministro de Defensa, José Bono; el vicepresidente primero del Gobierno regional, Fernando Lamata --que acudió en nombre del presidente regional, José María Barreda, aquejado de una gripe--; el alcalde de Albacete, Manuel Pérez Castell; el presidente de las Cortes, Fernando López Carrasco; la presidenta regional del PP, María Dolores de Cospedal, y diversas autoridades y representantes militares, sociales y judiciales de Albacete y Castilla-La Mancha.