El nombramiento del ex JEMAD Félix Sanz Roldán supone la vuelta de los militares a la dirección del Centro de Inteligencia
MADRID, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -
La dimisión del director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Alberto Saiz, se ha producido tan sólo dos meses después de haber sido renovado en el cargo por decisión del Gobierno. El nombramiento de su sustituto, Félix Sanz Roldan, ex JEMAD, supone la vuelta de los militares a la dirección del Centro Nacional de Inteligencia.
La dimisión de Alberto Saiz ha venido precedida de dos comparecencias parlamentarias tras la publicación durante casi tres meses de numerosas acusaciones, provenientes de agentes del CNI, en las que denunciaban que el director se había aprovechado de los fondos públicos del Centro en beneficio propio.
Entre las quejas publicadas, además de los cambios continuos de los cargos del CNI --tres secretarias generales y tres directores de Inteligencia en menos de 5 años--, los agentes denunciaban que había realizado al menos seis excursiones deportivas entre mayo de 2004 y julio de 2008 en Méjico y en varios países del continente africano, para realizar actividades de caza y pesca, entre ellos Mali y Senegal.
Algunos de estos datos fueron publicados por El Mundo unos días antes de que el Gobierno adoptara la decisión de renovarle, hecho que se produjo el pasado 24 de abril.
Sin embargo, el goteo de información provocó que Saiz protagonizara un "comparecencia sin precedentes", como calificó un diputado, en el Congreso de los Diputados. Lo hizo el pasado 20 de mayo y a puerta abierta para negar las acusaciones que se habían vertido contra él.
En aquel momento, Alberto Saiz dijo que era "absolutamente falso" que hubiera utilizado el CNI "en beneficio propio" y no dudó en calificar de "mezquinas" las informaciones en las que se le acusaba de pescar y cazar gratis en varios continentes. No obstante, admitió que si esas denuncias existen era porque el "CNI tiene un problema interno" que habría que "resolver" para, de paso, acusar a los que hicieron las denuncias de no querer "trabajar con esmero" y no estar dispuestas a "participar en el proyecto" que él había puesto en marcha cuando llegó al cargo en 2004.
Sin embargo, la información sobre el presunto uso privado de los fondos y medios públicos por parte del director del CNI siguió apareciendo, entre otras, noticias que apuntaban que se estaba sirviendo de su posición para colocar a familiares o amigos en el CNI, a agentes para limpiar su piscina o incluso que el centro compraba la cosecha de patatas de un familiar.
También se conoció que estaba utilizando la prueba del polígrafo con algunos agentes del CNI para tratar de averiguar quién estaba realizando las filtraciones a la prensa.
Este cúmulo de informaciones y el uso del polígrafo con sus propios agentes provocaron una nueva comparecencia del director del Centro en el Congreso de los Diputados. Pero esta vez pidió que fuera en la Comisión de Secretos Oficiales, que se celebra a puerta cerrada y con deber de secreto de los asistentes sobre las cuestiones que allí se exponen.
En esta ocasión, en la que admitió que sí había utilizado el polígrafo con los agentes, aportó una serie de facturas que quedaron depositadas en el despacho del Letrado Mayor del Congreso para ser consultadas, sin posibilidad de fotocopiarlas, por los miembros de la Comisión de Secretos Oficiales.
El resultado de la comparecencia no debió convencer del todo a sus superiores de Defensa, ya que la Ministra del ramo, Carme Chacón, ordenó al día siguiente de la misma que se abriera una información reservada sobre lo que estaba sucediendo en el CNI.
Tampoco el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha realizado una defensa cerrada de su director del CNI, a pesar de haberle confirmado en el cargo hace poco más de dos meses. En una de las primeras declaraciones en las que se refirió al asunto, el jefe del Ejecutivo se limitó a decir que "estaremos a lo que él diga" en la comparecencia del Congreso y una de las últimas ocasiones en las que habló de Alberto Saiz, afirmó que se le apoyaría mientras siguiera en el cargo.
Finalmente, dos meses y ocho días después de haber sido renovado en el cargo, Alberto Saiz ha presentado su dimisión que ha sido aceptada por José Luis Rodríguez Zapatero, quien ha nombrado, para sustituirle, al ex JEMAD, Félix Sanz Roldan.
Este nombramiento supone la vuelta a la dirección del Centro Nacional de Inteligencia de un militar, ya que antes de Alberto Saiz y de Jorge Dezcallar, este último diplomático, los servicios de inteligencia españoles fueron dirigidos por militares. Emilio Alonso Manglano y Javier Calderón precedieron a Dezcallar cuando el centro se denominaba CESID.
Ambos, Manglano y Calderón, fueron condenados por la Audiencia de Alava por haber autorizado escuchas ilegales en una sede de HB de Vitoria entre 1994 y 1998. Sin embargo, la sentencia emitida en abril de 2003 fue anulada por el Tribunal Supremo un año después.
