La comisión bilateral para la creación de un centro memorial de víctimas se constituye formalmente este martes

Ares Y Jorge Fernández Díaz
GOBIERNO VASCO
Actualizado: lunes, 6 febrero 2012 20:14

BILBAO, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -

La comisión bilateral entre las Administraciones central y vasca para la creación de un Centro Memorial para las Víctimas del Terrorismo se constituirá formalmente este martes por la tarde en la sede del Gobierno vasco, en Vitoria.

El pasado 24 de enero el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, viajó a Euskadi para firmar con el consejero de Interior, Rodolfo Ares, en el Palacio de Artaza, en la localidad vizcaína de Leioa, el convenio de colaboración para la creación de este centro en memoria de las víctimas.

En el protocolo se explicaba que la comisión encargada de este proyecto estará constituida por cuatro miembros, dos de cada institución gubernamental, y estará presidida por uno de los miembros designados por el Ministerio de Interior.

De esta forma, el Gobierno vasco estará representado por Maixabel Lasa, responsable de la Dirección de Atención a las Víctimas del Gobierno vasco y viuda del exsubdelegado del Gobierno en el País Vasco, Juan María Jáuregui, y la viceconsejera de Interior, Nélida Santos Díaz, mientras que, en nombre del Ejecutivo central, estará presente Teresa Díaz Bada, la hija del superintendente de la Ertzaintza Carlos Díaz Arcocha, asesinado en 1985.

Esta Comisión iniciará sus trabajos de inmediato y, en un plazo no superior a seis meses, deberá remitir su propuesta a ambos Ejecutivos, que han acordado "desarrollar una actuación de colaboración mutua" para elaborar el proyecto. En su primer encuentro, pondrá encima de la mesa "los pasos" a abordar.

Este órgano bilateral deberá resolver cuestiones referidas a la naturaleza jurídica del Centro, sus funciones, estructura, modelo de organización y gestión, órganos de dirección, espacio físico donde ubicarse, que será en Euskadi, presupuesto y los detalles para una adecuada concreción.

El Centro de Víctimas del Terrorismo pretende "preservar y difundir los valores democráticos y éticos que encarnan las víctimas del terrorismo, construir la memoria colectiva de las víctimas y concienciar al conjunto de la población para la defensa de la libertad, los derechos humanos y contra el terrorismo".

FIN DEL CICLO TERRORISTA

El protocolo de colaboración suscrito por Fernández Díaz y Ares destaca que, "en Euskadi y en el resto de España, fruto de la acción del Estado de Derecho, de la acción policial y judicial, de la colaboración internacional, de la resistencia cívica y de la deslegitimación ética, política y social del terrorismo", se está, en estos momentos, "poniendo fin al ciclo terrorista".

No obstante, apunta que, "dejar atrás el pasado, no quiere decir olvido", y aboga por "construir el futuro con memoria, dignidad y justicia". A su juicio, esa memoria "debe convertirse en un fuerte muro que imposibilite la vuelta atrás a la violencia totalitaria que fortalezca la convivencia, recuerde a las víctimas y refuerce valores de tolerancia, convivencia y libertad".

El convenio de colaboración subraya que no hay que "olvidar el pasado, el sufrimiento y el terrible daño que el terrorismo" para construir "una sociedad más libre y tolerante". Por ello, aboga crear un futuro mediante el recuerdo "a las víctimas del terrorismo y hacerlo sobre los principios de memoria, dignidad, justicia y verdad" porque "son la garantía para no olvidar nunca a los que fueron asesinados, sufrieron heridas mortales o psicológicas o vieron sacrificada su libertad como consecuencia del fanatismo terrorista".

Asimismo, subraya que "el terrorismo ha pretendido imponer un proyecto totalitario y excluyente, y sus víctimas constituyen una referencia ética para el sistema democrático, simbolizan la defensa de la libertad y el Estado de Derecho frente a la amenaza terrorista".

Los Gobiernos vasco y central asumieron, con este protocolo, "la singular trascendencia que, de cara a asentar y fortalecer en el futuro una convivencia en paz y libertad, tiene el mantenimiento de una memoria compartida que evite justificaciones imposibles de la violencia y el terrorismo y que no diluya responsabilidades". A su juicio, hay que "nutrir de nervio moral a las generaciones futuras vacunándolas contra el terror y la violencia".