El Congreso Penitenciario Internacional de Barcelona reafirma la necesidad de impulsar la reinserción de los presos

Actualizado: sábado, 1 abril 2006 18:25

BARCELONA, 1 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Congreso Penitenciario Internacional celebrado durante los tres últimos días en Barcelona se clausuró hoy con una declaración en la que se recuerda la "finalidad reinsertora" de las penas de cárcel, la necesidad de "intensificar los programas de tratamiento" y de "fomentar las medidas penales alternativas", entre otras conclusiones.

Centrado en 'La función social de la política penitenciaria', el Congreso, organizado por el Ministerio de Interior y por la Conselleria de Justicia de la Generalitat, con la colaboración del Consejo de Europa, concluyó hoy que la "reeducación y la reinserción social" debe ser el "objetivo principal de las penas", y no sólo por "mendato legal", sino por "la tradición política de orientación humanista".

Los más de 1.100 ponentes y asistentes al Congreso pidieron hoy en un documento conclusivo que "toda reinserción facilite la reinserción de los detenidos", objetivo para lo que se requiere "una nueva orientación legislativa" que "reflexione sobre el coste social y económico de un eventual aumento del uso de las penas privativas de la libertad".

En otro punto de las conclusiones se pide la intensificación los programas de tratamiento y salud y el fomento de las medidas penales alternativas, ya que "ha llegado el momento en que la sociedad moderna supere la idea de que las prisiones son el destino inevitable al que van a parar todas las personas que incumplen la ley" porque "no es razonable, ni útil, ni realista".

Las conclusiones inciden también en la necesidad de concebir la política penitenciaria "como política social" que "reduzca la posibilidad de reincidencia", además de mejorar la "transparencia" del sistema y un "reconocimiento social" que elimine la "percepción negativa por parte de la opinión pública y los medios de comunicación" derivada de "determinados estereotipos".

Por último, el documento solicita la "necesaria implicación y concertación social" y "no sólo de los poderes públicos" y que se dote al sistema penitenciario de los "recursos necesarios de acuerdo con las necesidades perseguidas", además de impulsar "nuevas fórmulas organizativas y de gestión".

Al acto de clausura asistieron este mediodía el conseller de Justicia, Josep Maria Vallès, la directora general de Instituciones Penitenciarias del ministerio de Interior, Mercedes Gallizo, el secretario de Servicios Penitenciarios, Rehabilitación y Justicia Juvenil, Albert Batlle, y la jefa del Departamento de Problemas criminales del Consejo de Europa, Margaret Killerby.

MASIFICACIÓN EN LAS CÁRCELES.

Precisamente el secretario de Servicios Penitenciarios, Rehabilitación y Justicia Juvenil, Albert Batlle, mostró hoy su preocupación por la progresiva "masificación" de las cárceles catalanas. Sólo en los tres últimos meses, del 1 de enero al 31 de marzo, ingresaron en prisión 300 personas, con lo que "hemos batido todos los récords en crecimiento de población penitenciaria", ya que esa cifra "supera en 100 el crecimiento de todo el año pasado".

En declaraciones a Catalunya Informació, Batlle auguró un "periodo crítico" en los próximos meses, aunque expresó su deseo de que a partir de 2007, cuando se empiecen a abrir los nuevos centros penitenciarios "podamos solucionar en parte el problema de masificación que sufrimos ahora". La población interna en Catalunya alcanza ya, con las nuevos ingresos, las 8.653 personas.

Batlle relacionó la actual masificación con el endurecimiento de las penas, lo que "entra en contradicción con el principio de reinserción", a la vez que señaló la dificultad de reinsertar a los presos inmigrantes, que representan un 34,5% del total, unos 2.952 internos.

Según el secretario de Servicios Penitenciarios, Rehabilitación y Justicia Juvenil "el extranjero regularizado no delinque, lo hace en un grado incluso inferior al de la población autóctona", mientras que el ingreso en prisión de los 'sin papeles' "altera el funcionamiento de los centros y dificulta la política resocializadora" porque "saben que sólo saldrán de la prisión para ser expulsados o para caer de nuevo en procesos de marginación".