MADRID, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -
La declaración realizada por la izquierda abertzale en Alsasua y en Venecia el pasado 14 de noviembre ha sido recibida con escepticismo por la clase política en el País Vasco que no se disipará mientras no demuestren la voluntad de ir por las vías pacíficas que manifiestan. Por ello, diferentes dirigentes políticos de Euskadi coinciden en que que la voluntad de respetar los Principios Mitchell quedará demostrada si la izquierda abertzale rechaza la violencia de ETA en caso de que la banda realice un atentado.
En la declaración que leyeron dirigentes abertzales en Alsasua y en Venecia, titulada "Un primer paso para el proceso democrático: principios y voluntad de la izquierda abertzale", se planteó la creación de un proceso de diálogo basado en los principios que estableció el senador norteamericano, George Mitchell, y que sirvieron de guía para que fraguara la negociación en Irlanda del Norte.
Según estos principios, todos los implicados en las negociaciones deben confirmar su compromiso con medios democráticos y exclusivamente pacíficos para resolver cuestiones políticas. También suponen el desarme de todas las organizaciones paramilitares y que las partes rechacen recurrir a la violencia para influenciar en el curso de los resultados de las negociaciones.
Por ello, dirigentes vascos consultados por Europa Press consideran que si la izquierda abertzale quiere de verdad ir por la senda de los principios Mitchell tendrá una buena ocasión para demostrarlo cuando se produzcan atentados de la banda terrorista ETA. Si no rechazan estos atentados, afirman las mismas fuentes, se verá claro que siguen sin desvincularse de la violencia y que sigue presente la tutela de ETA en lo que hacen.
No obstante, la acogida de este documento de Alsasua y Venecia, a pesar del escepticismo, ha sido diferente entre los dirigentes políticos. Así, mientras que una parte ven "más de lo mismo" en el contenido y creen que sigue sin haber una desvinculación de ETA del mundo de Batasuna, desde el mundo nacionalista se atisba un cambio sustancial con respecto a anteriores modelos de pacificación.
Aunque, eso sí, siempre con la duda de si, quienes quieren que la vilencia de ETA acabe ya, serán capaces de dar el paso en algún momento para marcar las distancias con la banda.
LOS DUROS PIERDEN ASAMBLEAS
En cualquier caso, la impresión general de las fuentes consultadas es que "algo se está moviendo en ese mundo". Incluso alguno de los consultados ponía como ejemplo que "los más duros" han perdido la mayor parte de las asambleas que ha estado realizando la izquierda abertzale desde junio a septiembre, y que sirvieron de base para realizar el documento que ahora se está discutiendo entre sus bases, el titulado "Clarificando la fase política y la estrategia".
Así, estas fuentes señalaban que en Bergara, Usurbil, Donosti y el Goierri, los más favorables a continuar con la línea de violencia habrían quedado en minoría, mientras que sólo habrían logrado tener apoyo en una asamblea celebrada en Alsasua.
Sin embargo, las diferencias entre duros y posibilistas se diluyen cuando de lo que se trata es de escenificar una ruptura con la organización terrorista. Un paso que, según la mayor parte de las fuentes consultadas no está maduro en este momento, ni parece ser el centro del debate.
Precisamente esta era una de las reflexiones que hacían esta misma semana dos presos de ETA en una carta que remitieron desde la cárcel a varios medios de comunicación en el País Vasco. Los dos históricos de la banda José Luis Urrusolo Sistiaga y Carmen Guisasola pedían a ETA que abandonara el terrorismo y reclamaron a la izquierda abertzale que no utilice eufemismos.
En el artículo titulado "Hablando claro", reprochaban al sector que lidera Arnaldo Otegi que se perdiera en "vaguedades", pedían la unión de las fuerzas nacionalistas y mostraban su temor de que "esa minoría" que conforma ETA "arrastre a todos los demás" si sigue atentando. Además, consideraban preferible el "choque" entre duros y posibilistas aunque eso provocara una división.
Se trata de una carta, según las fuentes consultadas, que evidencia la situación en la que se encuentra el mundo de la izquierda abertzale y ETA.
