Dos testigos dicen que la última vez que vieron a Diego les dijo que se le habían puesto "pájaros en la cabeza"

Actualizado: miércoles, 10 diciembre 2014 19:06

MURCIA, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -

Dos de los testigos que han prestado declaración por el crimen de Cala Cortina (Cartagena), por el que seis policías nacionales continúan ingresados en prisión por matar presuntamente a Diego Pérez y arrojar su cadáver al mar, aseguraron que los últimos días que vieron a la víctima, ésta les dijo que "se le habían puesto (parado) unos pájaros en la cabeza, que había cogido una Biblia y había salido corriendo".

En concreto, uno de estos testigos, a los que algunos vecinos le señalan como el responsable de la muerte de Diego, ha insistido en que por esa época la víctima "hacía cosas muy raras", aunque desconocía si sufría alguna enfermedad mental, según ha podido saber Europa Press.

Tras asegurar que conoce que se dice de él que ha tenido algo que ver con la muerte de Diego por el tema del robo de las bicicletas, lo desmiente rotundamente e insiste que en esas fechas la víctima estaba "especialmente mal, muy nervioso".

Aunque reconoce que habitualmente "no estaba bien", recuerda que esos días "estaba peor, que no hablaba con la gente e iba a su rollo". Su hermana corrobora la versión y reitera que Diego le dijo que "tenía pájaros en la cabeza, problemas nerviosos y en esa época estaba mal y cuando estaba mal hacía cosas raras y lo observó nervioso y agitado".

Otro de los testigos, vecino de la víctima, dice constarle que Diego "tomaba drogas", que no sabía los síntomas y, por tanto, desconocía si ese día había podido consumir, pero que "llevaba alterado dos o tres días".

Como los últimos días, relata, estaba "agitado", decidió avisar al hermano de Diego y que tuvo conocimiento de que acudió al hospital. El hermano de la víctima afirma que en la tarde del 10 de marzo acudieron al centro médico, a urgencias, para pincharle "algo" puesto que estaba "obsesionado" con el tema de las bicicletas y aunque la medicación para tratar su esquizofrenia estaba supervisada, "estaba recayendo y decía cosas sin sentido".

De hecho, coincide con los testigos en que la tarde del día 10, la última vez que tuvo contacto con él, lo vio "un poco nervioso" y que le contó que tenía un problema con unas bicicletas, pero que lo arreglaron.

Por contra, desmiente que fuera drogadicto aunque, más tarde, a preguntas de un abogado, dice que "ocasionalmente" consumía droga con la parte pequeña de la paga que se quedaba y que la relación que mantenía con las personas relacionadas con el tema de las bicicletas eran "buenas, puesto que se han criado juntos".

Sin embargo, la novia de uno de los testigos subraya que "consumía todo lo que pillaba", a pesar de tener diagnosticada una enfermedad mental. Días antes de su desaparición y posterior muerte recuerda que Diego "estaba fatal, muy alterado", aunque no conoce si en ese momento estaba en tratamiento pero que cuando ocurrió el episodio de las bicicletas, Diego "no estaba bien, iba siempre con una manta".

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