Señala que los militantes del PSOE "deben estar convencidos de que lo normal es sabotear la actividad política" del PP
MADRID, 20 Jul. (EUROPA PRESS) -
El secretario ejecutivo de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, consideró hoy que cualquier gobernante "responsable" hubiese buscado un acuerdo político interno con el principal partido de la oposición para fijar una posición respecto a la situación en Oriente Próximo y tratar de defenderla en el exterior.
Sin embargo, según criticó Elorriaga en declaraciones a la Cope recogidas por Europa Press, a Zapatero "no le importa realmente nada de lo que está ocurriendo en Oriente Próximo", como así lo demuestra, dijo, la fotografía con el pañuelo palestino que ayer se le tomó en un acto en Alicante.
Para el dirigente 'popular', esa fotografía es "un fiel reflejo de la actitud de Zapatero ante este conflicto". "Cualquier gobernante resposanble y sinceramente preocupado por la tragedia, hubiese tenido una actitud inversa", indicó.
En primer lugar, citó Elorriaga, "hubiese buscado un acuerdo político interno con el PP para fijar una posición nacional compartida y, en segundo, estaría viajando o hablando con sus colegas presidentes del Gobierno y tratando de liderar una cuestión internacional".
Sin embargo, el jefe del Ejecutivo en estos momentos "es un cero a la izquierda en la escena internacional y la foto lo que demuestra es que pretende ocultar su insignificancia política con desafortunados e inoportunos gestos populistas como el de ayer", puntualizó.
"AGRESIONES" AL PP
En otro orden de cosas, el secretario de Comunicación 'popular' se refirió a las "agresiones" contra su partido y su líder, Mariano Rajoy, señalando que los militantes del PSOE "a estas alturas deben estar convencidos de que lo normal es que efectivamente saboteen la actividad política" de su formación.
"La cosa es tan dramática --señaló-- que no hace falta ni tan siquiera condenas públicas ni disculpas particulares, sino una respuesta inmediata y muy decidida" de la dirección del PSOE dejando claro a sus militantes que "la agresión, los insultos o las descalificaciones no forman parte de la actividad política ordinaria de una democracia".
"Salvo que eso no ocurra, pero de una manera muy inequívoca, muy tajante y muy pública, cualquier otra cosa serán maniobras de despiste", apostilló.
