Ertzainas imputados en el 'caso Cabacas' dicen que "disparar fue necesario" por la falta de efectivos

Comienza el juicio por el caso Cabacas
Europa Press
Actualizado: lunes, 15 octubre 2018 19:53

Los acusados aseguran que los disparos se produjeron a distancia y que esa noche se usaron más escopetas que las que ellos dispararon

BILBAO, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -

Ertzainas imputados en el caso de la muerte de Iñigo Cabacas han asegurado que no contaban con efectivos "suficientes para entrar a pie" a sofocar los incidentes que se produjeron y, según ha indicado uno de ellos, "disparar era absolutamente necesario", primero "al vacío" como "efecto disuasorio", y luego "hubo que hacerlo con pelotas" ante la persistencia de los altercados.

La Audiencia de Vizcaya ha iniciado este lunes el juicio oral por la muerte del joven aficionado del Athletic, que resultó herido de gravedad en la noche del 5 de abril de 2012 en una carga policial que realizó la Ertzaintza con motivo de los incidentes que se produjeron en Bilbao después del partido entre el equipo rojiblanco y el Schalke 04. El joven falleció cuatro días después en el Hospital de Basurto.

Seis ertzainas que participaron en el dispositivo policial con motivo del encuentro, tres mandos intermedios y tres agentes de base, están acusados por estos hechos. La acusación particular, que representa a la familia de la víctima, solicita para cada uno de ellos cuatro años de prisión por homicidio con imprudencia grave profesional, además de una inhabilitación de seis años.

Por su parte, la Fiscalía solicita la libre absolución al entender que no se produjo delito en la actuación de la Policía autónoma, lo mismo que las defensas de los acusados.

En esta primera sesión, han prestado declaración los seis acusados, el primero de ellos un oficial, actualmente jubilado, que, según ha explicado, se encontraba al cargo de una de las cuatro furgonetas a las que se había asignado en la Comisaría de Bilbao el denominado sector 1, que comprendía entre otras calles la zona donde se produjeron los hechos.

El ertzaina ha explicado que los agentes que formaban parte de estos vehículos eran agentes de Seguridad Ciudadana "con muy poca experiencia en antidisturbios". "De hecho, creo que es la última vez que se ha mandado a agentes de Seguridad Ciudadana a estos eventos", ha afirmado.

Asimismo, ha dicho que en Seguridad Ciudadana "prácticamente no se hacían reciclajes" y que, en aquel momento, "no éramos conscientes del poder letal de estas pelotas y más de estas armas nuevas Benelli", con las que previamente "muy poca gente" pudo practicar. "Nunca había pasado nada y se suponía que nunca iba a pasar nada", ha manifestado.

En la actualidad, ha destacado, en la Ertzaintza, como en "cualquier policía moderna", se trata de utilizar un gran número de agentes para intentar "evitar disparar", pero entonces "con dos o tres furgonetas una manifestación de 500 personas, pegando dos tiros al aire, se solía resolver porque la gente se dispersaba".

El entonces oficial ha asegurado que no se asignó a ningún responsable de ese sector y cada furgoneta tenía "autonomía", aunque, al ser el ertzaina de mayor rango en las furgonetas, le realizaron "consultas" sobre dónde colocarse a lo largo de la tarde. No obstante, los otros dos mandos, con el cargo de suboficiales, sí le han considerado el responsable de las cuatro furgonetas.

Según ha relatado, su furgoneta (la F12) se desplazó a la calle María Díaz de Haro, frente a la plaza donde se produjeron los hechos, "por orden del jefe de operaciones, porque parece que había incidentes o alguna pelea" y las furgonetas que se encontraban en la zona necesitaban el apoyo de más recursos.

Al llegar, ha indicado, "había un cacao" en la zona, donde ya se encontraban otras furgonetas asignadas al sector y también otras "de turno", y, debido a la "lluvia de botellines y adoquines" que recibieron, dio la orden a sus agentes de no bajar del vehículo policial. Finalmente, según ha apuntado, sí salieron, si bien "no disparó nadie" entre los recursos de su furgoneta.

Posteriormente ha prestado testimonio el suboficial responsable de otra de las furgonetas, la F14, también jubilado en la actualidad, y que repartió escopetas a tres agentes. Según ha explicado, se dirigieron a la zona tras escuchar por el canal habilitado para el operativo del partido en la emisora que había una "pelea multitudinaria" y, al llegar, se encontraron con "una encerrona" en la que "radicales" les arrojaron "absolutamente de todo".

"Teniendo en cuenta la situación que se estaba dando allí, disparar era absolutamente necesario, primero porque los disparos en vacío tienen efecto disuasorio para quien ataca y para que se marche quien no quiere estar", ha manifestado el entonces suboficial, que ha reconocido que, como no tuvieron efecto los disparos disuasorios, "hubo que hacerlo con pelotas".

El suboficial ha afirmado que, por su parte, no dio ninguna orden concreta sobre cómo disparar porque los ertzainas intervinientes eran "gente que llevaba muchos años en la calle". Según ha manifestado, aunque no eran "expertos en 'kale borroka', la gran mayoría de ertzainas de mi época prácticamente hemos salido de la Academia con casco y verduguillo".

El ertzaina ha defendido que había riesgo para integridad física no solo de los agentes, sino sobre todo para peatones, conductores y pasajeros de un autobús que había en la zona. En cualquier caso, ha asegurado que los agentes a su cargo usaron sus escopetas a "30 o 35 metros por lo menos" del lugar y de la zona donde estaba Cabacas "a bastante más".

La actuación en su furgoneta "fue adecuada, fue ajustada a derecho, a todo", ha subrayado el mando, que ha lamentado que lo sucedido fue "una desgracia enorme" y se pasaron "días horribles, durísimos".

El suboficial de la otra furgoneta, la F-13, ha explicado que dio una escopeta a uno de los agentes a su mando, aunque "en ningún momento" disparó. Asimismo, ha asegurado que "rotundamente" es falso que diera "para nada" orden de disparar en la zona.

ARMAS USADAS

Finalmente, han declarado los tres agentes que reconocieron haber realizado disparos ese día y que formaban parte de la F-14. El primero de ellos ha asegurado que el suboficial de la F-13 "dio orden expresa de cargar" y luego fue a la furgoneta a recoger el equipo y realizó un disparo al vacío y cuatro disparos disuasorios al aire hacia arriba desde "más de 40 metros".

El segundo de los agentes ha incidido en que la actuación "ya estaba iniciada", por lo que no era necesario que "te diga nada el mando", y ha reconocido que realizó "dos o tres disparos" hacia arriba y "sin pelota".

El tercero ha asegurado que realizó un disparo disuasorio "al vacío" y luego, por la persistencia de "fuertes" altercados, con pelota y "en parábola" desde la zona de las furgonetas. En este sentido, ha señalado que, por la distancia a la que se hicieron disparos, "no creo que para nada se pudiera causar esa lesión, a más de 30 metros".

Los acusados han coincidido en relatar que, cuando llegaron a la zona, había ya agentes fuera de sus furgonetas, vestidos de azul, mientras que ellos lo hacían de rojo, y que se escuchaban "bastantes" disparos.

Asimismo, han señalado, a preguntas de los defensores, que no se contaba con efectivos suficientes para poder realizar una intervención a pie. "No teníamos fuerza suficiente para entrar a pie, tiene que ser con el procedimiento que hemos hecho", ha defendido uno de los suboficiales, que ha destacado que "29 agentes no pueden con esa masa de gente para ir a choque con ellos".

Los dos suboficiales y los tres agentes también han asegurado que, al regresar a comisaría y devolver las armas al 'bunker', en la zona donde se dejaban las escopetas que habían sido usadas para ser limpiadas había "un montón", según han explicado, una decena más.