MADRID, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -
España ha anunciado este martes el cierre de su Embajada en Damasco "como muestra de repulsa a las salvajes matanzas" perpetradas por el régimen de Bashar el Assad, en palabras del ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo.
En la legación permanecerá tan solo el personal local a cargo del mantenimiento de la Embajada, puesto que todo el personal expatriado regresará a España, con la excepción de dos funcionarios españoles que permanecerán en Siria, pero trabajarán desde la delegación que la UE tiene en Damasco.
Precisamente para que estos dos funcionarios mantengan el estatus diplomático en Siria, García-Margallo ha anunciado esta tarde desde el Senado que España cesaba las actividades de la Embajada, pero no hablaba expresamente de cierre.
En realidad, la decisión adoptada por España, en línea con lo que han hecho Alemania, Francia y Reino Unido equivale en la práctica a un cierre de la Embajada, si bien en el lenguaje diplomático no se considera un cierre formal porque se mantiene de alguna forma la presencia en el país y porque no se rompen relaciones diplomáticas con Siria.
Con esta medida, España aumenta la presión sobre El Assad pero mantiene la presencia en el país a través de estos dos funcionarios que trabajarán desde la delegación de la UE y que podrán seguir protegiendo a los españoles que allí queden, mantener "el contacto con la sociedad civil, especialmente con la oposición" y proporcionar información sobre la evolución de los acontecimientos, ha explicado el ministro.
Eso sí, el Servicio Europeo de Acción Exterior que dirige Catherine Ashton ha informado a los Veintisiete de que puede acoger "a hasta cinco diplomáticos nacionales" en la delegación de la UE en Damasco pero ha avisado de que "no puede correr a cargo de la seguridad" del personal diplomático nacional, han explicado fuentes diplomáticas europeas.
Por el momento, España no ha decidido expulsar al embajador sirio en Madrid, mientras que el embajador español en Damasco fue llamado a consultas el pasado 7 de febrero y desde entonces permanece fuera del país.
García-Margallo ha reconocido que aún no ha decidido si la decisión de cerrar la embajada obligará a repatriar también al personal del Instituto Cervantes.
