Estatut.-(Amp)Maragall urge un acuerdo para evitar beneficiar a los contrarios al texto y no minar la moral de Catalunya

Actualizado: miércoles, 11 enero 2006 21:54

LLEIDA, 11 Ene. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, urgió esta tarde a llegar a un acuerdo en torno al proyecto de Estatut y advirtió que "una negociación injustificadamente prolongada sólo favorece a los contrarios al Estatut". Maragall no citó directamente a CiU, pero tras asegurar "entender" el papel de "algunos miembros del cuatripartito" en este tramo de la negociación, añadió que "a nadie que quiera el acuerdo" el conviene alargar este trámite más de lo estrictamente necesario.

Maragall pidió mayor "resolución" en la negociación y alertó que "los que cuentan cada día los beneficios de un pesimismo táctico, han de saber que están haciendo daño, quizá de forma imperceptible pero cierta, a la moral de la ciudadanía y la credibilidad de la clase política".

El presidente catalán aseguró que "los partidos del Gobierno de Cataluña tienen claro qué quieren, cómo lo quieren y cuándo lo quieren" y, sin citar el concurso de CiU en la negociación --cuyo voto no es decisivo--, señaló que "eso no es suficiente, porque se tiene que acabar de convencer a España y en primer lugar al Gobierno español de que lo que es bueno para Cataluña es bueno para España".

En una conferencia bajo el título '2006, año de hechos' que pronunció en Lleida, Maragall aseguró que este año pasará a "los anales de la gran política" como el "año del nuevo Estatut d'Autonomia de Cataluña". Según Maragall, el proyecto de Estatut "va haciendo camino de forma inexorable" y garantizó que "tendremos Estatut. Y será un buen Estatut".

Recordó que se han ido superando todas las etapas del proceso y dio por hecho que en febrero "entraremos en la Comisión Constitucional". Hasta entonces, señaló, "es el momento de culminar la predisposición al diálogo y el pacto leal" evidenciada en el debate de toma en consideración en el Congreso, "con ambición y realismo".

"Estamos en un momento excepcional: aprovechémoslo para conseguir el paso adelante en el autogobierno", insistió Maragall, quien reconoció que ha habido "más ruido del necesario, sobre todo por el tono de algunas voces", pero que "comienza a remitir" y ahora "el rumor es de negociación".

Maragall señaló que el nuevo Estatut "no es sólo el motor para el futuro de la gobernación en Cataluña", sino que también es "una de las piezas clave del proyecto de reforma social y política para la España plural" de José Luis Rodríguez Zapatero.

Por ello, insistió en que en lo que resta de mes de enero "hemos de llegar a un acuerdo razonable y ambicioso", por ser ésta la única manera de "garantizar una tramitación efectiva y con garantías en la Comisión Constitucional", donde "puede pasar de todo".

Según Maragall, "pasados los años, la Guerra Civil, 40 años de dictadura y 25 de democracia con un Estatut que ha funcionado bien pero que se ha ido desgastando, ha llegado la hora de decir dónde estamos y a dónde queremos ir".

2006, AÑO DE HECHOS.

El presidente catalán admitió las dificultades del tripartito para hacer visible la obra de gobierno a consecuencia de la tramitación del Estatut, aunque señaló que en abordar esta reforma gobernando al mismo tiempo "radica la garantía del proceso".

Así, señaló que 2006 será el año de "obra hecha, de políticas en marcha, de explicación tenaz y sobre el terreno de los frutos del buen gobierno". "Hechos en autogobierno", con el Estatut y "hechos en obra de Gobierno", dijo.

Maragall citó actuaciones en materia de "transparencia y buen gobierno", como la creación de la Oficina Antifraude o la reducción a la mitad del déficit de la Generalitat, y en "planificación", con el Plan de Infraestructuras, el Plan de Inmigración o las bases del Pacto Nacional para la Educación, que ponen de relieve el "valor de la Generalitat para asumir los objetivos que la sociedad catalana se ha planteado" y corregir un déficit "clamoroso" heredado de los gobiernos de CiU.

También repasó la buena marcha de la economía catalana, priorizando el marco euroregional, el aumento de la inversión en I+D+I, las mejoras de en formación del capital humano y en infraestructuras de transporte, haciendo compatibles las necesidades de crecimiento y el valor del territorio en favor de una Catalunya "más equilibrado".

Para 2006, se fijó como objetivo hacer de Cataluña una "nación socialmente avanzada" garantizando mejores niveles de seguridad ciudadana, la mejora de la calidad de los servicios universales como la salud y la educación, la universalización de los servicios sociales y la mejora de la equidad y la eficiencia del sistema de bienestar.

En esta línea, citó el despliegue de los Mossos d'Esquadra, la construcción de prisiones, los 95 colegios nuevos para el próximo curso y 930 nuevas aulas de acogida como "medicina preventiva para las enfermedades sociales que nos pueden explotar en el futuro si no hacemos las cosas bien".

AÑO DE MEMORIA.

Según Maragall, 2006 también es un año propicio para la "memoria", en tanto "centenario de un momento especial de la historia de Cataluña" con la aparición de Solidaritat Catalana, el primer Congreso Internacional de la Lengua Catalana, la publicación del 'Glossari' de Eugèni d'Ors, de la madurez del modernismo y la eclosión del Noucentisme.

Para Maragall, la Cataluña del 2006 "forma parte de una España democrática y casi federal", "ya no es la Catalunya que tenía que levantarse contra la arbitrariedad del Estado que acababa de aprobar la Ley de Jurisdicciones". Tampoco es "apta" la "cultura política y cívica generada en el marco del antifranquismo y de la Transición" porque "ya se han alcanzado sus objetivos".

Por ello, abogó por concretar una "cierta idea de Cataluña válida para las próximas décadas" y que definió como una "Catalunya de hombres y mujeres libres y cultos, con una economía abierta, una sociedad de bienestar y de justicia social, un territorio equilibrado, un buen gobierno y en un marco de interdependencia".

Maragall situó este centenario y la celebración en 2007 del octavo centenario del nacimiento del Rey Jaume I, "que hermana los países que formaron parte de la antigua Corona de Aragón y que comparten un buen tramo de su historia", como "dos ocasiones para plantearse la realidad presente y futuro de nuestro país con optimismo".

Se trata, dijo de efemérides que remite a momentos "simbólicamente positivos de Catalunya". "Hace falta un proyecto, pero medido y realizado y es lo que haremos este año y el próximo", concluyó.

Maragall pronunció esta conferencia, habitual en el inicio de cada año, en el Institut Municipal d'Acció Cultural de Lleida, en presencia de los consellers Joaquim Nadal y Antoni Siurana, y, por primera vez, fuera de Barcelona.