Estatut.- Maragall proclama que Cataluña es una nación y que "ahora puede decirse" tras 23 años de "aguantar dignamente"

Actualizado: sábado, 21 enero 2006 17:31

Dice que no regatearán en aportar a la solidaridad pero necesitan infraestructuras y pide a "los amigos" del PSOE que no le fallen

BARCELONA/MADRID, 21 Ene. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Generalitat y del PSC, Pasqual Maragall, proclamó hoy ante el Comité Federal del PSOE que Cataluña es una nación y que "ahora puede decirse" después de 23 años de "aguantar con dignidad". "Cataluña es una nación en el marco de la nación de naciones que es España", sentenció y recordó que así lo defendió siempre el socialismo castellano-leonés de Anselmo Carretero.

Maragall sostuvo que tras la "generalización" del concepto de nacionalidad a otras autonomías, más allá de Cataluña, País Vasco y Galicia, hay que "volver a poner las cosas en su sitio" e incluso citó la fórmula planteada por el presidente del Consejo de Estado, Francisco Rubio Llorente, de "comunidades nacionales".

No obstante, el presidente catalán señaló que la fórmula que incluye el proyecto de Estatut al definir Cataluña como nación "no genera derechos específicos de ninguna clase, ni en el preámbulo ni en el articulado", más allá del derecho de ese territorio a ser considerado como "poseedor de una serie de particularidades de lengua y derecho civil que no aparecen en otras comunidades o sólo en menor medida".

En su intervención, Maragall hizo historia para recordar que la vía hacia la España plural, que "es la España plural", se abrió con el retorno del exilio del presidente Josep Tarradellas y destactó el "coraje" de Adolfo Suárez de recibirlo en la Moncloa.

LA "DIGNIDAD" DE PUJOL.

Para Maragall, "Tarradellas hizo lo que debía hacer. Pujol hizo lo que podía hacer en el marco de una España conservadora que le exigía hablar en castellano en consonancia, decían, con su talla física". "Y Pujol aguantó con dignidad, pero no podía decir lo que ahora Cataluña dice y quiere, con un 90% de apoyo, recordadlo, y sin acritud, de momento".

El presidente de la Generalitat recordó asimismo que Cataluña no planteó antes una reforma del Estatut porque el "nacionalismo moderado" de Jordi Pujol "nunca creyó que fuera posible" una relación con España más allá de la conllevancia y creían que "intentarlo sería suicida". No obstante, destacó que "ahora no pueden quedar fuera del intento genuino de Cataluña" y del Gobierno tripartito de "plantear al conjunto de España una reflexión sobre la evolución de la doctrina constitucional".

También se refirió a la aportación "sustancial, muy importante", de Cataluña a la solidaridad interterritorial, sólo comparable con Valencia, Madrid y Baleares y sostuvo que "ha llegado el momento de la verdad" en esta materia. Según Maragall, Cataluña "va a seguir practicando, sin regateo, la solidaridad, pero necesita infraestructuras y una capacidad competitiva al nivel exigido por el nuevo escenario". "Cataluña quiere tener recursos para soldar España con Europa", añadió.

"HACER PIÑA"

Maragall pidió a los "amigos" del PSOE que "no me falleis" y aseguró que "lo mejor está por llegar". "Vamos a demostrar a los pueblos de España y al pueblo español, ambos constitucionales, que en este momento y con este gobierno, nuestros gobiernos, nuestro país, como Cataluña, no tienen límites perceptibles a su capacidad de progresar".

En este sentido, pidió que "el socialismo español y los partidos catalanes hagan piña frente a la ofensiva que se veían venir y ha venido". Sostuvo que "el fantasma de las dos España no es real" y abogó por una apertura a los creadores de opinión y "derecha sensata, que la hay", para luchar "sin gritos ni excesos" contra los ataques. En todo momento, el presidente de la Generalitat se refirió al PP como el partido "de Aznar, cuyo crédito es cero", según las fuentes consultadas.

Maragall reconoció la existencia de "actitudes ancladas en la añoranza del pasado" y que ciertos medios de comunicación "azuzan el enfrentamiento y añoran el golpismo de otras épocas" pero reclamó que "no hay que darles a esos sectores muestras de debilidad por nuestra parte". "Estamos tragando muchos sapos" por la "etapa de excitación inusual" de la derecha pero abogó por avanzar "con franqueza, principios claros y sin fundamentalismos".