ETA.- (Ampliación) Blázquez pide que la búsqueda de la paz sea "un objetivo fundamental" y a ETA que desaparezca

Actualizado: sábado, 3 febrero 2007 21:25

Pide disculpas a las víctimas, destaca su derecho a que se les pida perdón y se compromete a velar para que no se olvide su sufrimiento

BILBAO, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -

El obispo de Bilbao y presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, pidió hoy a los representantes políticos que la búsqueda de la paz sea "un objetivo fundamental" y exigió a ETA su desaparición de ETA "sin dilaciones, ni contrapartidas". Asimismo, tras pedir nuevamente disculpas a las víctimas del terrorismo y reconocer su derecho a que se les pida perdón, se comprometió a "velar" para que "no sea olvidado su sufrimiento".

Blázquez realizó estas reflexiones en el transcurso de la concentración convocada para esta tarde en Bilbao por la Diócesis de Bilbao bajo el lema "Muévete por la Paz", que fue secundada, según destacó el propio Obispado, por miles de asistentes que abarrotaron la plaza de la Catedral de Santiago.

A la concentración se sumaron representantes del PSE-EE, como su secretario general, Patxi López, la secretaria del EBB del PNV, Josune Ariztondo, el senador jeltzale Iñaki Anasagasti, el miembro de la Presidencia de EB, Mikel Arana, y el senador de EA, José Ramón Urrutia.

En el transcurso del acto, que, según indicaron fuentes del Obispado, había sido convocado públicamente en el mes de octubre, Ricardo Blázquez, leyó un mensaje eclesial bajo el título "Cristo es nuestra paz".

El prelado vasco, que estuvo acompañado por el obispo auxiliar de Bilbao, Carmelo Echenagusía, destacó, en los primeros momentos de su intervención, que la concentración se pensó en circunstancias diferentes a las actuales, ya que no se había producido el atentado de ETA. Blázquez indicó que esta acción terrorista, "que acabó con la vida de dos personas, dos hermanos nuestros y causó un enorme destrozó", constituye un "duro golpe a la esperanza". "Su onda expansiva golpeó las fibras más profundas de nuestra sociedad", añadió.

Blázquez indicó que el paso "primero y primordial" en el camino de la paz es la eliminación de la violencia terrorista "por todos los medios legítimos a nuestro alcance".

En este sentido, exigió a ETA que "desaparezca definitiva y totalmente, sin dilaciones ni contrapartidas". "La dignidad de las personas y de nuestra sociedad desenmascara que su existencia y persistencia no tiene ninguna justificación moral, política, ni religiosa", añadió.

Asimismo, pidió a los representantes políticos que la búsqueda de la paz sea un "objetivo fundamental". En su llamamiento a la clase política, destacó que "la unidad en los principios morales y la convergencia en los procedimientos fortalecerá la confianza de la sociedad en la erradicación de la violencia".

VICTIMAS Y PERDON

Por otra parte, Blázquez manifestó su reconocimiento de que las víctimas del terrorismo forman parte de la "memoria de un horror, del que no somos del todo inocentes, ni como ciudadanos de este país, ni como miembros de esta Iglesia local de Bizkaia". "En la medida de nuestra responsabilidad moral, pedimos una vez más perdón. Ellas son el icono del inocente Jesús, injustamente crucificado, que con su resurrección afianza nuestra esperanza de una paz y reconciliación plenas", añadió.

El obispo de Bilbao afirmó que se compromete a "velar" para que "no sea olvidado su sufrimiento" y a ofrecer todos los medios para seguir "acogiendo, acompañando y compartiendo con las víctimas el dolor y la recuperación de su dignidad".

Blázquez aseguró que las víctimas tienen derecho a ser "resarcidas con justicia en la medida de lo posible, a que se les pida perdón, a que se les reconozca, como señal de grandeza moral, que no se han tomado la justicia por su mano, a que midamos la inmensa tarea de la reconciliación a la luz de la extensión y hondura de su sufrimiento, y a que su presencia sea una exhortación viviente para que nunca más caigamos en la inmoralidad terrible que han padecido".

En su mensaje destacó, por otra parte, que el perdón posee un "valor inestimable en la convivencia civil". Blázquez indicó que no se puede dejar de anunciar que Jesús "nos enseñó a amar a los enemigos y murió perdonando".

"Pedir perdón quienes han querido y asesinado, otorgar perdón quienes han sido ofendidos, limpiar de odio el corazón, reconocer como prójimo a toda persona que está caída al borde del camino, suplicar al Señor la reconciliación y orientar a ella nuestras actividades... son lecciones que aprendemos de nuestro Señor Jesucristo", recordó Blázquez, quien hizo mención a las casi 1.000 personas a quienes "les ha sido arrebatada injustamente la vida" y denunció que la violencia va acompañada de "mentira, sarcasmo y desprecio".

Blázquez destacó que "en Jesucristo se apoya nuestra confianza, nuestra paciente espera, nuestra esperanza activa en un nuevo amanecer sin violencia ni amenazas".

El obispo subrayó que los cristianos quieren "continuar siendo pacificadores" y, en este sentido, agradeció las iniciativas que se vienen realizando "desde hace tiempo en nuestras comunidades". Blázquez afirmó que todos los ciudadanos, "personalmente y asociados", están llamados a "colaborar en esta tarea preciosa y fundamental". Añadió que la familia, la escuela, los medios de comunicación social y las comunidades cristianas tienen una "tarea ineludible".

Blázquez hizo una invitación para "no ahorrar, ni en la sociedad, ni en la Iglesia, la colaboración esforzada a la causa mayor de la paz". "Hagamos, entre todos, vosotros jóvenes y nosotros adultos, una sociedad más pacificada, más serena y más digna de toda persona. ¡Recorramos juntos los caminos que conducen a la paz!", afirmó.

El prelado vasco, tras señalar que este mensaje se leerá mañana en las iglesias vascas, concluyó agradeciendo la presencia de los asistentes y expresando el deseo de que todos nos convirtamos en "instrumentos de paz".

Al término del mensaje de Blázquez, durante el cual se escuchó una grito aislado descalificando al prelado, los asistentes irrumpieron en aplausos. Tras sus palabras, el monje cisterciense Isaac Totorika leyó una oración y se pudo escuchar la canción "Bake Mina" (Anhelo de paz).