MADRID, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Sección Primera de la Audiencia Nacional ha condenado a nueve años y medio de cárcel al etarra Anartz Oyarzábal, que acompañaba a la también terrorista Olaia Castresana cuando murió al estallar la bomba que manipulaba en una vivienda de Torrevieja (Alicante) en julio de 2001.
El tribunal, que impone a Oyarzábal una pena inferior en seis meses a la solicitada al final del juicio por el fiscal Juan Moral, "no tiene duda alguna" de que el acusado se encontraba en el lugar de hechos junto a Castresana, tal y como acreditan las huellas, los rastros genéticos y un DNI vasco a su nombre que fueron hallados en el piso, así como el testimonio de un testigo que le vio huir tras producirse la explosión.
En concreto, Oyárzabal tendrá que cumplir siete años de prisión por un delito de depósito de explosivos y dos y medio por tenencia ilícita de armas, ya que cuando fue detenido, en mayo de 2002, la Policía encontró en su vivienda de San Sebastián 14 kilos de Tytadin-30, 16 detonadores y dos pistolas.
"AMENAZA INTOLERABLE PARA LA COMUNIDAD"
Los magistrados Javier Gómez Bermúdez (presidente), Manuel Fernández de Prado y Fernando Gómez de la Fuente señalan que la "sola tenencia" de este material constituye "una amenaza intolerable para la seguridad de la comunidad, bastando con la posibilidad de disposición sobre ellos, sin que sea precisa una posesión actual".
Justifican la finalidad terrorista de esta posesión tanto por la explosión de la bomba que acabó con la vida de Olaia Castresana como por el hecho de que el Tribunal de lo Criminal de París condenó a Oyarzábal en mayo de 2007 por asociación de malhechores. Por este motivo, el fiscal retiró la petición de pena de nueve años de cárcel que solicitaba en su escrito provisional de acusación.
El Ministerio Público también solicitó que el acusado indemnice con 25.402 euros a cinco personas que sufrieron heridas de diversa consideración como resultado de la explosión y con 317.342 euros a los 15 vecinos que sufrieron "ingentes daños" materiales.
TESTIMONIO DEL TESTIGO
Durante el juicio, que quedó visto para sentencia el pasado 11 de noviembre, el acusado se negó a responder a las preguntas del fiscal. Además, testificó por videoconferencia el testigo que reconoció a Oyarzábal el día de la explosión huyendo del lugar en un vehículo. Explicó que se fijó en él porque "iba a paso ligero, mirando hacia atrás y en sentido contrario a la dirección en la que corría el resto de la gente".
La explosión se produjo sobre las 17.15 horas del 24 de julio de 2001 cuando Castresana y el otro acusado se encontraban en una vivienda situada en el Edificio Pompeyo-I de la pedanía de La Mata, en el municipio alicantino de Torrevieja.
Tras el atentado, Oyarzabal huyó de Torrevieja a bordo de su vehículo, que fue encontrado días después en la localidad navarra de Aoiz. El presunto etarra fue detenido en la localidad francesa de Niort el 2 de mayo de 2002 y posteriormente entregado a las autoridades españolas.
