ETA.- El periodo 'en activo' de un etarra se ha reducido a la mitad, de los 51 meses de 1978 a los 26 de ahora

Actualizado: jueves, 2 agosto 2007 20:17

El periodista Florencio Domínguez dice que el número de mujeres creció hasta ser un tercio y en los noventa comenzó a descender

SANTANDER, 2 Ago. (EUROPA PRESS) -

El redactor jefe de la agencia Vascopress, Florencio Domínguez, ha calculado el periodo de tiempo medio que pasa desde que alguien ingresa en ETA hasta que es detenido por las Fuerzas de Seguridad y ha concluido que en la actualidad es de unos 26 meses, casi la mitad que en 1978, cuando los terroristas se encontraban 'operativos' alrededor de 51 meses.

Domínguez, uno de los mayores expertos en ETA, se refirió también al sexo de los terroristas. Así, dijo que hasta los años setenta, "sólo el 8 por ciento" eran mujeres, pero que esa cifra fue creciendo hasta alcanzar un tercio de los miembros de la banda en 1989. Sin embargo, con el inicio de la década de los noventa, la presencia femenina en la banda comenzó a descender hasta volver a mínimos en la actualidad.

Domínguez participó en los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y allí se refirió también a la edad de los terroristas, que tienen la juventud como uno de sus "rasgos característicos".

Con respecto al "factor humano", el creador de 'Dentro de ETA: la vida diaria de los periodistas', insistió en que existe "poca preparación, tanto en el apartado técnico, como en la capacidad de adaptación a la vida clandestina". El escritor comentó que esa falta de preparación se debía a una "renovación acelerada, y a la reducción de actividades de adiestramiento".

Preguntado por los "próximos objetivos" del grupo terrorista, el escritor navarro confesó que los desconoce. No obstante, declaró que existe "el temor de que pretende matar", y aseguró que "no será muy diferente a lo que hemos vivido los años anteriores".

OBSESIÓN POR LA SEGURIDAD.

El periodista, autor de varios libros sobre ETA, dijo que la banda ha sobrevivido por su "preocupación por la seguridad". Explicó que a partir de una "crisis" que atravesó en 2002, la organización terrorista comenzó una "remodelación interna con un solo criterio: la seguridad".

Entre las medidas que se tomaron para "reforzar" esa seguridad, explicó, se encuentran por ejemplo "la impresión de testimonio de los detenidos", para que los miembros "aprendan de las experiencias de sus compañeros"; "aportar información sobre los pisos utilizados" para elaborar un mapa; o comunicar "dónde han robado los coches", entre otras acciones.

DESCENTRALIZACIÓN DE LA BANDA.

Entre los cambios llevados a cabo, el autor de 'La violencia nacionalista de ETA', también destacó los efectuados en el terreno organizativo, en el que se produce una "descentralización". Domínguez expuso que "de las tres ramas" que componían la banda, que eran la rama logística, la política y la de dirección, se pasó a "once aparatos, que aún permanecen en la actualidad".

El redactor jefe de Vascopress enumeró los aparatos, entre los que destacó los de "reclutamiento, información, negociación, extorsión, tesorería, financiación o núcleo de atención a los presos", entre otros. Según el periodista navarro, la rama que "sufrió más modificaciones fue la política", ya que se dividió en "cinco aparatos nuevos".

Según el experto en ETA, también hubo variaciones en "el modo de operar de los comandos que actúan en España". Precisó que dejaron de ser "unidades territoriales fijas", para ser sustituidas por "grupos móviles que se desplazan para cometer los atentados, y se van", lo cual implica que "hayan perdido el interés en los pisos francos".

A partir de este momento (2002), según el periodista Domínguez, las células también variaron, ya que pasaron de estar compuestas por "aproximadamente diez personas", a ser de "dos o incluso de una sola persona", para facilitar la "movilidad". Además, se modificaron los desplazamientos, y los miembros de ETA comenzaron a "recurrir al transporte público", y destacó que incluso "se mueven en bicicletas".