ETA.- La Policía investiga la participación de los detenidos en el atentado de Barajas y en el robo de las pistolas

Actualizado: jueves, 7 junio 2007 21:13

Formarían parte de un comando especial más amplio en el que Alaitz Areitio desempeñaría un puesto relevante

MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Policía investiga la posible participación de los tres presuntos miembros de ETA detenidos hoy en el sur de Francia en dos de las acciones más relevantes de la organización terrorista en los últimos meses: el robo de 350 pistolas en octubre pasado y el atentado de la T-4. Los arrestados podrían formar parte de un comando más amplio autor de ambas acciones y en el que tendría especial relevancia Alaitz Areitio, quien además sería la mujer que aparece en el vídeo difundido por ETA en ambientes radicales de Euskadi hace algunas semanas, informaron a Europa Press fuentes de la investigación.

Encuadrados en el 'aparato militar', los etarras arrestados combinarían su labor operativa con otras propias de esta estructura, como el 'subaparato de cursillos'. De hecho, se conoce el ascendente de Areitio en la formación de los "nuevos etarras" desde principios de 2006, cuando su 'compañero' en estas funciones Iñigo Ripoll fue detenido en Francia.

La estructura militar de ETA puesta en marcha por Garikoitz Aspiazu Rubina, alias 'Txeroki', integra varios subaparatos que antes se encuadraban fuera del aparato militar de la banda. Un grupo que no superaría el medio centenar de militantes, cuidadosamente seleccionados para evitar infiltraciones policiales, constituiría el núcleo de la 'nueva ETA', al que pertenecerían Areitio y los otros dos detenidos hoy, Aitor Lorente e Igor Igartua.

AREITIO, LA MUJER DEL VÍDEO DE ETA.

El mes pasado, las Fuerzas de Seguridad interceptaron en el País Vasco un vídeo propagandístico de ETA en el que aparecía un grupo de encapuchados realizando tareas de aleccionamiento y entrenamiento en actividades terroristas, tales como explosiones de coches-bomba, atentados de tiro en la nuca o grabación de vídeo-comunicados, al tiempo que voces 'en off' llamaban a ejercer su "compromiso" con Euskal Herria a los miembros de la izquierda abertzale. Entre ellos, había una mujer que, según las sospechas policiales, podría tratarse de Alaitz Areitio demostrando su actividad dentro del aparato de cursillos.

Además, los investigadores sospechan que Areitio es la mujer a los que la familia dueña de la empresa Sidam describió como la jefa del comando que secuestró a parte de la misma y asaltó la sede de la compañía en la madrugada del 20 de febrero, obteniendo un botín de 350 armas cortas, piezas para montar otras y abundante munición. Areitio ha desempeñado todo tipo de funciones en ETA. Como 'legal' era responsable del 'aparato de captación' de la banda en Vizcaya, hasta que en 2003 logró huir de una operación policial contra esa estructura. Aquel operativo partió de la documentación incautada semanas antes de Ibon Fernández Iradi, 'Susper', quien en sus papeles la señalaba como 'Arrano', en españól, 'Águila'.

El 28 de octubre de 2004, Alaitz Areitio volvió a escapar de la policía. En esa ocasión, a tiros. Viajaba en un coche robado con otra etarra y se saltó un control de carretera de la Gendaremería. Su 'compañera', Maite Juarros, fue detenida. EL ATENTADO DE LA T-4.

Las investigaciones desarrolladas por la Comisaría General de Información apuntan a que ese comando especial, que podría estar formado hasta por ocho terroristas, fue el encargado de ejecutar el atentado del 30 de diciembre en el aparcamiento de la Terminal 4 de Barajas.

En esa acción participó un número indeterminado de terroristas, ya que 72 horas antes, tres de ellos secuestraron a un joven que acampaba en el monte francés y le robaron la furgoneta. Tres etarras le custodiaron día y noche hasta que se cometió el atentado y otros dos acudieron con otro vehículo y se llevaron la furgoneta del joven. A este mínimo de cinco etarras hay que sumar el encargado o encargados de montar la bomba en el vehículo y alguno más que hubiera entrado a participar para el traslado del coche-bomba a Madrid.

Este modo de actuar sorprendió a los investigadores, acostumbrados a que ETA robe un coche en Francia y le coloque placas falsas de matrícula con la numeración de otro vehículo para no levantar las sospechas de la Policía. En esa ocasión, no le fue necesario porque retuvieron al dueño hasta que se produjo la explosión en Barajas. Esa extrañeza por el 'modus operandi' fue la misma que asaltó a los agentes en los momentos siguientes al robo de las pistolas e hizo pensar en un principio en profesionales del crimen organizado.