"Por seguridad nunca sabía lo que se iba a hacer ni quién lo hacía", dice la terrorista, que se enfrenta a una pena de 55 años
SAN FERNANDO DE HENARES (MADRID), 11 Dic. (EUROPA PRESS) -
La miembro del 'comando Madrid' de ETA Idoia Martínez García, alias 'Alba', ha negado haber participado en el atentado con bomba lapa que costó la vida el 23 de mayo de 1994 en Madrid al teniente del Ejército Miguel Peralta Utrera. "Por motivos de seguridad nunca sabía ni lo que se iba a hacer ni quién lo hacía", ha señalado a preguntas de su abogado, Alfonso Zenón.
La etarra, que se enfrenta a una petición de pena de 55 años de cárcel, ha rechazado contestar las preguntas del fiscal Vicente González Mota; de la acusación particular, ejercida por la esposa y la hija de la víctima; y de la popular, que corresponde a la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT).
En la primera sesión del juicio, que continuará el próximo día 19, ha declarado como testigo el etarra Mikel Azurmendi, ya condenado por estos hechos y por otros atentados cometidos por el 'comando Madrid' en aquella época. Aunque tras ser detenido el terrorista reconoció que la acusada le había acompañado en este atentado, ante el tribunal ha dicho este jueves que realizó esas declaraciones "bajo torturas".
También ha admitido que "alguna vez" había visto a la acusada, a la que "siempre" conoció con el nombre de Idoia y no con el alias de 'Alba', aunque no ha podido recordar si fue en la capital de España. "Supongo que sí sería de ETA, sé que es del colectivo de presos políticos", ha apuntado antes de indicar que ya ha "olvidado estos asuntos".
El también terrorista Álvaro Arri Pascual ha admitido que hizo labores de 'enlace' para la banda terrorista y recogió y entregó un paquete que contenía unos disquetes en los que los miembros del 'comando Madrid' reivindicaban el atentado del teniente Peralta y hacían una "valoración política" del mismo. "Yo sólo sabía que llevaba un paquete", se ha limitado a decir.
"TRES CARRILES A LA DERECHA"
Un conductor que presenció el atentado, que se produjo en la calle Provencio de Madrid, ha asegurado que la onda expansiva que provocó la explosión desplazó su vehículo "tres carriles a la derecha". Los policías que han declarado ante el plenario han añadido que la explosión le seccionó las piernas y que los restos de su coche, en el que se adhirió el artefacto explosivo, llegaron hasta una subestación eléctrica cercana.
Además, cinco testigos de otro atentado que se produjo el 1 de junio de 1994 en Madrid, y que costó la vida al general de Infantería Juan José Hernández Rovira, han señalado que vieron en el lugar a dos miembros del 'comando', entre ellos una chica joven, delgada, de unos 25 ó 30 años, de 1,60 de estatura, que vestía un chandal de color gris y tenía una pistola en la mano.
En su escrito provisional de acusación, el fiscal Vicente González Mota pide a la Sección Segunda de la Sala de lo Penal que condene a la etarra por un delito de atentado, dos de lesiones, otro de estragos y un cuarto de utilización ilegítima de vehículo a motor.
La terrorista y sus compañeros de 'comando' sometieron al teniente a vigilancia y colocaron un explosivo compuesto por amosal en los bajos de su vehículo. La explosión causó la muerte prácticamente en el acto del teniente, que estaba destinado en el cuartel de Campamento, y causó heridas a otra persona.
