La expulsión de los tres díscolos del PSC les convertiría en diputados no adscritos

Marina Geli, Joan Ignasi Elena (PSC)
EUROPA PRESS
Actualizado: jueves, 16 enero 2014 19:22

BARCELONA, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -

El PSC ha pedido este jueves a sus tres diputados díscolos que entreguen el acta, y si éstos no lo hicieran y fueran expulsados del grupo, se convertirían en diputados no adscritos, los únicos de la Cámara.

En su artículo número 26, el reglamento del Parlamento catalán regula esta expulsión, y recuerda que los no adscritos tienen derecho a formar parte de una comisión parlamentaria, que decidirá la Mesa.

Los diputados no pueden ir a otro grupo ni al Grupo Mixto, actualmente formado por los tres diputados de la CUP, porque es un grupo que se forma al inicio de la legislatura y, por lo tanto, ahora no se puede modificar por este supuesto.

Sólo pueden ir al Grupo Mixto si los expulsados son todos los diputados de una formación integrados en el seno de una coalición, y este no es el caso de los tres diputados socialistas Joan Ignasi Elena, Marina Geli y Núria Ventura.

LAPORTA, EL PRECEDENTE

El último precedente de diputado no adscrito es de la legislatura pasada, cuando Joan Laporta rompió con los otros tres diputados de su grupo, y tuvo que abandonar el subgrupo parlamentario que entonces formaba su partido, Solidaritat Catalana per la Independencia (SI).

Por ahora el PSC no se ha pronunciado públicamente sobre la expulsión de sus diputados, y les ha dado hasta el domingo para entregar el acta; los díscolos han asegurado que no contemplan dimitir y que su objetivo es seguir como diputados y en el grupo pese a las discrepancias.

ERNEST MARGALL

El PSC ya tuvo discrepancias internas en la anterior legislatura, cuando el exconsejero Maragall, ahora fuera del partido y líder de otra formación, se desmarcó en las votaciones del pacto fiscal y Eurovegas.

El líder socialista, Pere Navarro, le exigió el acta de diputado, algo que éste rechazó entregar, pero en ningún momento fue expulsado del grupo parlamentario pese a su negativa a marcharse.

La polémica no se prolongó ya que pocos meses después del último desmarque de Maragall, Mas avanzó las elecciones y el exconsejero renunció a ir en las listas socialistas, en las que tampoco se contaba con él.