La familia de la centenaria del Vacie no decidirá sobre la cesión del piso hasta que no vean la vivienda

Actualizado: viernes, 18 enero 2008 19:02

SEVILLA, 18 Ene. (EUROPA PRESS) -

La familia de María Díaz Cortés, la mujer de 116 años que sobrevive en una infravivienda del asentamiento chabolista del Vacie de Sevilla, aseguró hoy con respecto a la anunciada cesión por parte de la Oficina Técnica de Atención a Inquilinos en Situación de Abuso (Otaínsa) de un piso del parque social municipal que no tomará una decisión hasta no ver la vivienda.

El portavoz de los vecinos del Vacie, Ángel Montoya, señaló a Europa Press que, aunque en un principio la familia de la anciana se mostró "disconforme" con la fórmula propuesta --que contemplaba la cesión del inmueble por seis meses prorrogables desde el 31 de enero-- "mientras no se diera algo con más seguridad", en la mañana de hoy responsables municipales han estado negociando con ellos.

De dicho encuentro ha salido una propuesta para ver por sí mismos la vivienda, ya que, según Montoya, "no se fían y no quieren que se les engañe". Entre otros aspectos, pretenden comprobar si la vivienda está adaptada a las necesidades de una mujer con una edad tan avanzada, la más longeva de la que se tiene conocimiento en España.

En el acuerdo también se habría cerrado, continuó el líder del Vacie, la cesión por cinco años una vez terminados los seis meses y su posterior prórroga, estableciéndose a partir del primer año el pago de una pequeña cuota de la pensión de María Díaz Cortés, establecida en 300 euros.

La nieta de la anciana, Dolores Zaragoza Martín, ya aseguró ayer a Europa Press que la familia "no se hará ilusiones" con esta vivienda que, según avanzó el edil de Infraestructuras para la Sostenibilidad, Antonio Rodrigo Torrijos, no supondrá ingreso alguno para el Ayuntamiento durante el primer año, en lo que supondría una cesión temporal, "excepcionalidad que está basada en las normas legales y bajo la supervisión de los servicios técnicos y jurídicos municipales".

Nacida en Granada el 4 de enero de 1892, María Díaz Cortés sobrevive en una infravivienda carente de cuarto de aseo y de agua caliente mientras es atendida por su hija y sus nietas. Percibe unos ingresos mensuales de 300 euros a la espera de que le sea entregada una vivienda del cupo social.