Feijóo refuerza a Rajoy con una gran mayoría en Galicia y en Euskadi arrasa el PNV, seguido del éxito histórico de Bildu

Actualizado: domingo, 21 octubre 2012 23:27

El nacionalismo ocupará casi dos tercios del Parlamento vasco, mientras que en Galicia los partidos nacionalistas superan al PSdeG


MADRID, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -

El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, ha revalidado hoy la mayoría absoluta subiendo hasta los 41 escaños. El éxito de Feijóo refuerza a Mariano Rajoy, ya que los socialistas habían planteado la campaña electoral como un plebiscito a su gestión. Pero esta victoria, que quita una preocupación al jefe del Ejecutivo, se ha visto contrarrestada para Rajoy por el resultado del nacionalismo en el País Vasco. El triunfo del PNV con 27 escaños y el éxito histórico de Bildu, que cosecha 21, supone que el nacionalismo vasco ocupará casi dos tercios del Parlamento de Vitoria.

Los socialistas se hunden tanto en el País Vasco, donde han pasado de 25 a 16 escaños, como en Galicia, comunidad en la que han perdido siete escaños --de 25 a 18-- y se han visto superados en número de votos por los nacionalistas del BNG y AGE, aunque al haber ido por separado, han sumado entre los dos partidos 16 escaños.

Los resultados del PP en Galicia no defraudan a Rajoy quien, por segunda vez consecutiva va a recibir un buen balón de oxígeno de su comunidad de origen. En 2009 le sirvió para consolidar su liderazgo, con la experiencia reciente del controvertido congreso de Valencia de 2008, tras la segunda derrota frente a Zapatero. En aquel momento, la mayoría absoluta cosechada por Feijóo le proporcionó un importante respiro para los años siguientes ya que se presentaba la votación como la reválida de Rajoy.

En esta ocasión, la victoria en las gallegas supone un refuerzo al presidente del Gobierno, sobre todo en la política económica que ha puesto en marcha desde que ganó las generales hace 10 meses y que ha supuesto renunciar, al menos de momento, a su programa electoral, ya que se ha centrado básicamente en cuadrar las cuentas, incumpliendo promesas como la de no subir impuestos.

Si la victoria se mide en los términos en los que había planteado el PSOE estas elecciones en Galicia, de un plebiscito contra los recortes y la subida de impuestos, se podría decir que Rajoy lo ha superado con nota y que los ciudadanos, al menos los gallegos, han entendido que, por duro que sea, el de los ajustes es el camino.

No obstante, los populares tampoco las tenían todas consigo inicialmente, y ello propició que Feijóo hiciera la campaña marcando distancias, primero con la desaparición de las siglas del PP en los carteles electorales y después evitando coincidir con Rajoy en actos de campaña. A pesar incluso de que contaban con encuestas en las que les daban la mayoría absoluta.

Pero no querían lanzar las campanas al vuelo, sobre todo después de la amarga victoria en Andalucía, donde esperaban una mayoría absoluta para poder gobernar y se encontraron con que PSOE e IU sumaron para dejarles sin el gobierno andaluz. Hoy, Feijóo ha igualado a Manuel Fraga en 2001, cuando éste consiguió 41 escaños.

EL FUTURO DE RUBALCABA

El jefe del Ejecutivo se quita así una preocupación, pero ésta se instala en Ferraz, ya que la caída del PSdeG, que pierde siete escaños, puede reabrir las heridas y cuestionar el liderazgo de su secretario general Alfredo Pérez Rubalcaba, quien no ha conseguido detener la sangría que registraron en las pasadas generales, a pesar de haber podido mantener el gobierno en Andalucía y de recuperar Asturias hace unos meses.

Los socialistas gallegos no empezaron con buen pie la campaña, la convocatoria les pilló sin candidato y tuvieron que elegir a Patxi Vázquez con urgencia. Además, la 'operación Pokemon' les añadió un problema, ya que, aunque afectó a todos los partidos, el imputado más significativo fue el alcalde de Orense, que no quería dimitir.

Finalmente, y aunque plantearon los comicios como un plebiscito a los recortes de Rajoy, el retroceso de los socialistas en Galicia devuelve a este partido a unos niveles de apoyo muy bajos. El PSdeG ha perdido más de la mitad de los votos, probablemente afectado por la elevada abstención de estos comicios que ha crecido siete puntos. De hecho, el número de votantes cosechado por los socialistas es menor que la suma de los votantes de los dos partidos nacionalistas, lo que demuestra que si el BNG no se hubiera dividido podrían haber superado al PSdeG en escaños.

Esta es precisamente otra de las novedades que reflejan los resultados, el avance del nacionalismo gallego. La coalición integrada por Anova --el nuevo partido de Xoxe Manuel Beiras, el histórico dirigente nacionalista-- e Izquierda Unida, llamada AGE, ha logrado 9 escaños, mientras que el BNG, que tenía 12 en el Parlamento gallego, ha logrado 7. Entre ambos suman más de 300.000 votos.

EL NACIONALISMO VASCO VUELVE A MARCAS DE LOS AÑOS 80

Este auge del nacionalismo es extremadamente pronunciado en Euskadi, donde el PNV ha ganado las elecciones con 27 escaños, seguido de Bildu, que logró 21 puestos en el Parlamento de Vitoria. Entre las dos fuerzas políticas suman casi dos tercios de la Cámara, un total de 48 parlamentarios, acercándose así a las mejores marcas logradas por el nacionalismo en el País Vasco: 1984, con 49 escaños; 1986, con 52 y 1990, con 50.

Los resultados del PNV no son históricos, ya que en otras épocas ha logrado más escaños. De hecho, llegó a obtener 33 en el año 2001, frente a los 27 actuales --3 menos que en 2009, pero teniendo en cuenta que en esos comicios no concurría Bildu--. Sin embargo son mejores de los que esperaba el partido de Iñigo Urkullu, que en privado apuntaba hacia los 25 parlamentarios.

Lo que sí son históricos son los 21 escaños logrados por EH Bildu, el mejor resultado logrado por la izquierda abertzale hasta la fecha --su mejor marca se produjo en 1998 cuando consiguió 14 escaños--, aunque hay que tener en cuenta que en esta ocasión van en coalición con EA y Aralar.

Sin embargo, el PNV no podrá gobernar en solitario y necesitará o un socio de gobierno o apoyos puntuales para sacar adelante sus propuestas. Con el PP, que ha perdido tres escaños, no suma los 38 necesarios para aprobar las iniciativas.

La opción del PSE en coalición también se presenta complicada y pasaría por recomponer previamente las relaciones y previsiblemente con la salida de la escena política vasca del hasta ahora lehendakari Patxi López. Y no parece previsible una coalición de gobierno con Bildu, que quiere disputar al PNV la hegemonía del nacionalismo en Euskadi.

Pero otra de las grandes incógnitas que se abren con el futuro gobierno del PNV, además de los socios, es el camino que seguirá Iñigo Urkullu. Este había mantenido un tono moderado en campaña poniendo por delante la necesidad de salir de la crisis frente a otras aventuras, pero la semana pasada hizo saltar todas las alarmas cuando reveló que había mantenido un encuentro con Artur Mas, en plena etapa de desafío soberanista, y habían acordado "recorrer juntos el camino del reconocimiento de los hechos nacionales de Euskadi y Cataluña por parte del Estado", según reveló el dirigente nacionalista vasco.

El gran perdedor de estos comicios es el PSE, aunque el PP también ha registrado un retroceso, al dejarse tres escaños. Sin embargo el número de votos que pierde está en unos 16.000, mientras que los socialistas se han dejado más de 100.000 votos y han perdido nueve escaños, al pasar de 25 a 16.

Otro elemento a tener en cuenta es el avance del nacionalismo vasco en Alava. La suma de los parlamentarios vascos no nacionalistas frente a los nacionalistas era en 2009 de 16 frente a 9. Ahora se ha invertido y son 13 nacionalistas frente a 12 no nacionalistas, después de que el PNV haya logrado 7 y EH Bildu, 6, mientras que el PSE logró 6; el PP, 5 y UPyD, 1.