La fiscalía pide penas de hasta 79 años de cárcel para cinco acusados de hacerse pasar por policías para poder robar

Actualizado: domingo, 4 marzo 2007 14:32

Los atracadores entraban en las viviendas a mano armada y encerraban a las víctimas mientras les robaban

SEVILLA, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Sevilla juzga mañana a cinco acusados que conformaban una banda que haciéndose pasar por policías nacionales llevaron a cabo varios robos en casas, donde a mano armada secuestraban a los propietarios de las viviendas para que les dieran los objetos de valor, para los que la Fiscalía reclama hasta 79 años de prisión.

No obstante, y según el escrito de acusación provisional del fiscal, al que tuvo acceso Europa Press, a los acusados procede aplicarles el límite penológico de 15 años de prisión, según lo establecido por el artículo 76 del Código Penal. Los cinco acusados --J.Q.O., P.V.Q., M.L.H., J.M.M. y M.M.P.-- relata el fiscal, se hicieron con una pistola y un revólver, que carecían de número de serie, y para los que no contaban con licencia.

Asimismo, consiguieron placas identificativas de funcionarios de Policía Nacional, en una de las cuales habían incluido un aparente carnet de inspector, "para aparentar ante las víctimas que los asaltantes eran miembros del cuerpo". Además, "con el mismo propósito", elaboraron documentos judiciales "simulando órdenes de registro en los domicilios a los que acudían".

El primero de los atracos supuestamente se llevó a cabo del 28 de noviembre de 2002 cuando la banda entró en una vivienda de la calle Estepona de Dos Hermanas (Sevilla) sin usar la fuerza. Así, "mostrando las placas y las armas" exigieron a la propietaria de la vivienda que les entregara el dinero y las joyas que tenía en la caja fuerte. Ante la negativa, "la encerraron en el baño junto con sus nietas, de dos años y un año de edad".

Cuando llegó el dueño de la casa supuestamente también lo encerraron, y después lo maniataron, al no querer entregarles lo que pedían, tras lo que abrieron la caja a martillazos y se llevaron su contenido, dejando a la familia encerrada.

El 3 de diciembre de 2002 llevaron a cabo otro atraco similar en una casa de la calle Fausto Domínguez Faustillo de Alcalá del Río (Sevilla), donde irrumpieron con las armas diciendo que iban a realizar un registro, siempre según el fiscal, maniatando y encerrando a los que estaban en la casa en el baño. Poco después, llegó al lugar un taxista que traslada a la vivienda a la sobrina de los dueños y ambos también fueron encerrados.

Casi dos años después, el 2 de marzo de 2004 dos de los acusados abordaron a una nueva víctima, que llevaba consigo en su vehículo más de 12.200 euros, haciéndose pasar por policías y con los indicativos luminosos del vehículo le hicieron parar en el arcen de una vía de Dos Hermanas. Así, supuestamente mientras uno enseñaba la placa e inmovilizaba al conductor "retorciéndole" el brazo izquierdo, otro cogió el maletín.

Los acusados fueron detenidos cuando volvían de Córdoba, el 24 de mayo de 2004, tras aborta otro supuesto acto delictivo. Tanto en el vehículo en el que fueron interceptados dos de los procesados, como en la vivienda de uno de ellos, la Policía encontró numerosa documentación falsa y utensilios que usaban en sus robos.

Para el fiscal, los hechos constituyen un delito de tenencia ilícita de armas, un delito continuado de falsedad en documento oficial, otro de uso continuado de documento oficial falso, dos de allanamiento de morada, tres delitos de robo violento, once delitos de detención ilegal con simulaciones de función pública, un delito de usurpación de funciones públicas, un delito de receptación y una falta de lesiones.

Por estos delitos solicita un total de 73 años y 9 meses de prisión para J.Q.O., 79 años y once meses para P.V.Q., 62 años y once meses para M.M.P., si bien establece 15 años de cárcel como límite penológico. Por último, para J.M.M. solicita 10 años y 11 meses de prisión. Además de las pertinentes multas, los acusados deberán indemnizar a las víctimas en la cantidad en que están valorados los objetos que les fueron sustraídos.