MADRID, 18 Ago. (EUROPA PRESS) -
El alcalde de Madrid y miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PP, Alberto Ruiz Gallardón, asegura tener, "como cualquier político", la aspiración de ser presidente del Gobierno, un deseo que considera "legítimo", aunque recalca que, hoy por hoy, su objetivo es ayudar a Mariano Rajoy a conseguirlo. En una entrevista que publica en su último número la revista 'Vogue' y que recoge Europa Press, también afirma que su partido no puede hacer del 11-M el eje de su acción política y que no debe responder a "excesos de radicalismo".
Ruiz Gallardón admite que la pregunta sobre sus aspiraciones a la Moncloa es la que le hace "más daño políticamente" porque "genera inquietudes e incomodidades en mucha gente". No obstante, reconoce que, "para cualquier político es legítimo aspirar a la Presidencia del Gobierno" y que, después de la Alcaldía de Madrid, ese cargo es el que permite acometer más transformaciones.
CON RAJOY
No obstante, subraya que, hoy por hoy, su objetivo es ayudar al presidente del PP, Mariano Rajoy. "Tengo muy claro que lo que quiero en mi vida política es que Mariano Rajoy sea el próximo presidente del Gobierno", precisa.
Tampoco entra a discutir sus posibilidades o las de Esperanza Aguirre para liderar el PP en caso de una nueva derrota en las generales. "Niego la mayor --responde--. No va a haber quien suceda a Mariano Rajoy porque va a ser el próximo presidente del Gobierno".
En otro momento de la entrevista aconseja a su partido no responder a "excesos de radicalismos" y dejar la investigación de la masacre terrorista del 11-M en manos de jueces y fiscales. "Nosotros, el PP, no debemos seguir haciendo del 11-M el eje de nuestra acción política, dejando que los errores del Gobierno del PSOE no sean protagonistas de nuestro discurso", señala.
DIALOGO CON ETA, SI DESAPARECE
En cuanto a la negociación con ETA, afirma que mientras la banda terrorista exista como tal, no se puede negociar con ella. "Otra cosa es que ETA renuncie de forma irreversible y definitiva al ejercicio de la violencia y pueda estudiarse la situación personal de cada uno de los miembros que en su día pertenecieron a una banda terrorista que habrá tenido que desaparecer", apostilla.
A su juicio, el requisito por tanto "no es que ETA anuncie una tregua, sino que ETA renuncie de forma definitiva a ser una organización terrorista".
