Gallardón se mantiene prácticamente apartado del partido cuando se cumple un mes de su anuncio de posible retirada

Actualizado: jueves, 14 febrero 2008 19:52

MADRID, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, cumplirá mañana un mes desde que conoció la decisión del presidente del PP, Mariano Rajoy, de no incluirlo en las listas al Congreso de los Diputados, manteniéndose prácticamente al margen de la precampaña lanzada por su partido.

Desde que supo, el pasado 15 de enero en la sede de Génova, que no podría acompañar al líder popular en la carrera por las generales del 9 de marzo, Gallardón no sólo ha repetido que ése día comenzará un periodo de reflexión sobre su futuro en la política, sino que no ha acudido a casi ninguna de las grandes convocatorias de su partido.

Así, no asistió al primer acto público de Manuel Pizarro como número 'dos' de la lista, ni a la presentación de la candidatura popular ni de su programa electoral, pero tampoco se personó en las juntas directivas, comités de dirección ni 'maitines', aunque éstos se hayan visto prácticamente anulados debido a las múltiples reuniones electorales en Génova. En 30 días, sólo ha aparecido en público con sus colegas de partido en la Conferencia de Educación del 20 de enero en Ifema.

Al día siguiente de la noticia de Rajoy, Ruiz-Gallardón se presentó ante la prensa en compañía del alcalde de París, Bertrand Delanohë y, con semblante triste, se declaró "derrotado en su aspiración" y aseguró que se tomará un "periodo de reflexión" tras el 9 de marzo en el que decidirá su futuro en la política.

El 17 de enero el alcalde no se enfrentó a las preguntas de los medios en la rueda de prensa de Junta de Gobierno y en cambio fue a un acto programado con la ONCE. Desde entonces, Gallardón no ha dado ninguna rueda de prensa de Junta, donde siempre lo ha sustituido el vicealcalde y 'mano derecha', Manuel Cobo. De hecho, ya ha anunciado que no acudirá a estos encuentros con los periodistas hasta después del 9 de marzo.

Al día siguiente, y mientras Aguirre presentaba a Pizarro ante los afiliados de Carabanchel, Gallardón cogía un vuelo a Moscú, donde un compromiso con el alcalde de la capital rusa, Yuri Luzhkov, fijado meses antes, le ofreció un motivo para alejarse de la capital y del avispero mediático.

Ese fin de semana, el PP celebró una Conferencia sobre Educación en Ifema, acto en el que estaba confirmada la asistencia de Esperanza Aguirre. Si bien en un primer momento el regidor anunció que no podría acudir por su visita oficial a Rusia, finalmente adelantó el vuelo.

A su entrada en el auditorio todo fueron aplausos para el taciturno dirigente que, acompañado por Cobo y por la delegada de Urbanismo, Pilar Martínez, quienes se han convertido en su sombra durante este mes, ni siquiera fue saludado por Aguirre, que llegó al acto con Rajoy, quien sí se acercó para estrecharle la mano.

Desde ese momento, el alcalde de Madrid ha sido acosado por periodistas de toda clase, desde información general hasta programas del corazón, ávidos por obtener una declaración jugosa sobre su rivalidad con Aguirre o sobre su futuro en la política nacional.

De hecho, el 21 de enero un programa de televisión le organizó una 'emboscada' a la salida de un acto en un céntrico hotel de la capital, donde lo recibió un grupo de mariachis. "¿Me han herido? No me siento muy herido, y las heridas cicatrizan rápido", dijo Gallardón en medio del estrépito de una ranchera.

APOYOS MÚLTIPLES

Así, mientras Pizarro conocía a la cúpula del partido en Madrid, Aguirre se enfrentaba a las preguntas de la prensa en un desayuno de Europa Press y Rajoy ultimaba los nombres de la polémica lista, Gallardón recibía apoyos de diversos frentes.

Por una parte, el apoyo de los vecinos allá donde ha ido ha sido claro y manifiesto, con aplausos y gritos de ánimo tanto en actos en la calle como desde los balcones y ventanas cuando lo veían salir de algún edificio.

Por otra parte, algunos líderes nacionales, como Manuel Fraga, y todos los internacionales con los que el regidor se ha reunido le han dado ánimos y han expresado su deseo de poder seguir tratando con él.

El presidente de Perú, Alán García, por ejemplo, le recordó una frase de Napoleón quien, tras volver vencido a su campamento, dijo: "Es verdad que vengo de perder una batalla, pero antes de que caiga la noche puedo ganar otra", y puso su propia experiencia como ejemplo de que "quien cree en política no debe cejar nunca".

El presidente de Yemen, Alí Abdullah Salih, por su parte, le recordó que otros alcaldes de grandes capitales europeas lograron "escalar muchas etapas" en la vida política de sus países a pesar de las dificultades.

También las encuestas le daban la razón a Gallardón en sus aspiraciones, señalando mayoritariamente que los españoles consideraban que el PP perdería votos al prescindir del alcalde de Madrid y que Rajoy se había equivocado.

DE NUEVO CARA A CARA

En ese escenario, Gallardón se encontró, por segunda vez, con Aguirre, esta vez durante la celebración del Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo. Si bien su saludo fue frío, el carácter del evento evitó que se produjeran incidentes mayores.

Después de eso, la agenda del alcalde le otorgó unos días de relax y distendimiento, con varias inauguraciones de ferias en Ifema, entre ellas Madrid Fusión y Fitur, lo que le permitió evadirse del hecho de que su partido anunciaba las listas completas, en las que sí está la concejala de Madrid Eva Durán, cercana a la presidenta autonómica.

Pero el alcalde siguió recibiendo respaldos desde fuera de su círculo. La delegada de Madrid'16, Mercedes Coghen, manifestó su deseo de que Gallardón se quede en el Ayuntamiento hasta obtener los Juegos Olímpicos para la capital, y el regidor continuó presentando y avanzando sus otros dos proyectos estrella de la legislatura: Madrid Río y la reforma del Eje Prado-Recoletos.

La oposición, por su parte, utilizó la situación de tensión interna entre Aguirre y Gallardón para hacer mella en el alcalde, e insistió para que se presentara ante el Pleno a explicar si se va o se queda, y si ha usado a los madrileños como trampolín hacia la sucesión de Rajoy. El portavoz socialista, David Lucas, llegó incluso a pedir su dimisión.

El 5 de febrero se presentaron los candidatos del PP por Madrid mientras el alcalde inauguraba un parking en el distrito de Moncloa. La razón: no lo habían invitado. "No ocupa ningún cargo dentro de la dirección del partido ni es un candidato, así que es normal que no estuviera convocado", aseguraron fuentes cercanas al alcalde, quitándole hierro al asunto.

Tampoco asistió a la Junta Directiva del pasado lunes por hallarse en Dubai, ni a la presentación del programa electoral el sábado 9 en Alcalá de Henares. Y parece que la cosa seguirá así, ya que en principio hará campaña en Cataluña y País Vasco, y evitará en la medida de lo posible cualquier acto en Madrid. Ni siquiera es seguro que sea en su ciudad donde asista a la pegada de carteles de apertura de campaña el próximo jueves.

ÚLTIMOS DESENCUENTROS

El último encontronazo Aguirre-Gallardón se produjo el miércoles 6 de febrero, cuando ambos inauguraban el nuevo intercambiador de Plaza de Castilla. Él prefirió acudir en su coche privado a hacerlo en el autobús con el resto de los alcaldes convocados; ella prefirió besar al regidor de Alcobendas antes que al alcalde.

En un acto posterior, el entierro de la sardina en la Casa de la Villa, Gallardón aún hizo halago de su retórica y, en un discurso que, como es habitual en él, dejó grandes espacios para la interpretación personal, aludió a "doña Cuaresma, la del gesto agrio y estricta conducta" y vaticinó, como hablando de sí mismo, que "ahora toca entrar en un tiempo de entereza y contemplación".