Actualizado: martes, 27 marzo 2007 21:33


MADRID, 27 Mar. (EUROPA PRESS) -

El testigo conocido como "El Gitanillo", joven perteneciente al círculo del acusado José Emilio Suárez Trashorras, indicó esta tarde en su declaración ante el tribunal del 11-M que un árabe al que el acusado se refería como "Mowgli" --Jamal Ahmidan, alias "El Chino"-- realizó dos viajes con bolsas de deporte a Mina Conchita tras recibir indicaciones del ex minero y bajó, en compañía de otros dos árabes, "con las mochilas llenas de explosivo".

El testigo describió como los árabes realizaron estas dos incursiones en el monte para cargar dinamita tras una visita previa al lugar por la tarde en compañía de Trashorras.

El testigo, que tenía 16 años en el momento de los hechos, refirió a preguntas de la fiscal Olga Sánchez que, durante una visita de "Mowgli" a Avilés, Trashorras le llamó "para ir a la mina". Así, relató que se dirigió junto al ex minero, "El Chino" y las otras dos personas --que fueron identificados según refleja la Fiscalía en su escrito como Abdennabi Kounjaa y Mohamed Oulad Akcha, dos de los suicidas de Leganés-- a Mina Conchita.

"Llegamos a la mina y Emilio se fue con "Mowgli" hacia el monte. Yo me quedé en el coche, al lado de la carretera y los acompañantes de Ahmidan también. Tardaron media hora o 45 minutos y volvimos para Avilés", relató el testigo y dijo, además, que oyó decir a Trashorras a su amigo árabe que "no se olvidara de los tornillos".

Tras regresar a Avilés --explicó el entonces menor-- los tres árabes se fueron "a comprar unas mochilas". No les volvió a ver hasta la noche, dijo, cuando Trashorras volvió a pedirle que acompañara al grupo a la mina "para indicarles el camino".

En ese segundo viaje a la explotación, los tres "moros" llevaban cuatro o cinco mochilas de montaña grandes vacías, explicó "El Gitanillo", que agregó que cuando regresaron, aproximadamente hora y media después, "bajaron con las mochilas llenas de explosivo". Regresaron a Avilés, "al garaje de Emilio", e introdujeron "los explosivo en el Toyota Corolla", añadió el menor.

Explicó, además, que entre éste primer viaje y el segundo que se realizó posteriormente, Trashorras, que había prestado unas botas de montaña a "El Chino", se vió obligado a desplazarse ya que los árabes se perdieron en el monte y no sabían regresar.

Después de guardar el contenido de las mochilas en el maletero, regresaron de nuevo a Mina Conchita para una segunda incursión, añadió, y repitieron la misma operación. Distribuyeron la dinamita en dos coches, el Corolla y un Volswagen Golf negro, relató "El Gitanillo". Estos desplazamientos de ida y vuelta finalizaron sobre las nueve de la mañana, agregó.

VISITA ANTERIOR

Días antes de la visita de los árabes a Avilés, "El Gitanillo" acompañó a Trashorras hasta la barrera de entrada a la mina. Relató ante el tribunal que en aquella ocasión, el ex minero se entrevistó con dos persona "cerca de una caseta" que iban "con un mono, un traje azul". A su regreso al coche le dijo "esto está bien, esto está hecho", indicó el testigo.

Además, el menor, que fue condenado a 6 años de internamiento y 5 de libertad vigilada por su colaboración en los hechos, explicó que actuó como correo de Trashorras a principios de febrero, momento en que realizó un viaje a Madrid con una bolsa "de entre 10 y 15 kilos de peso" que entregó a "El Chino".

Agregó que no conoció el contenido de la mochila hasta el día siguiente, cuando el también acusado Iván Granados le dijo "que llevaba explosivos y que lo sabía porque había ido "con Emilio a buscarlos a una mina". Dijo que Trashorras le pagó 1.000 euros por aquel encargo.

Tras las incursiones al monte para la recogida de explosivos, que según la Fiscalía se efectuaron en la noche del 28 al 29 de febrero, Trashorras encargó a "El Gitanillo" que volviera a Madrid para recoger el Toyota Corolla que se habían llevado los árabes. Quedó con "dos marroquíes" en la estación de autobuses y estos le entregaron el coche, dijo, y relató que cuando salía de la ciudad sufrió un accidente.

"El vehículo quedó un poco mal y Trashorras se enfadó", dijo, y agregó que a partir de ahí el ex minero y él comenzaron "a distanciarse". El testigo reconoció además que después de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, Trashorras le dijo "menuda la que ha armado el Mowgli".

CONTROL NO EXHAUSTIVO DE LOS EXPLOSIVOS

Por otra parte, el testigo Ramiro López, que ha trabajado durante 18 años en Mina Conchita, afirmó que Emilio Llano Álvarez, el encargado de la vigilancia de los polvorines de Mina Conchita, en donde se supone que los terroristas que causaron el atentado robaron los explosivos y detonadores, no realizaba un control exhaustivo de su contenido y que simplemente preguntaba a los trabajadores la cantidad sobrante de explosivo que empleaban, fiándose de las indicaciones que le proporcionaban.

También dijo que el acusado nunca le pidió que le devolviera ningún detonador o cartucho de explosivo sobrante y precisó que a cada grupo de 'picadores' podía dejar un kilo y medio de explosivo sin utilizar. Además, precisó que cualquier trabajador podía tener acceso a este material.

El testigo relató que los trabajadores "anotaban" lo que gastaban y luego se lo comunicaban a Llano para que tomara cuenta de esa cantidad para descontar ese consumo de su salario al exceder el margen fijado, tal y como establecía el convenio colectivo de la empresa.

Mostró su creencia de que la mina no tenía vigilancia durante el fin de semana y que podía darse la posibilidad de que las cajas de 25 kilogramos de Goma 2 Eco pudieran permanecer abiertas en los niveles de la mina. También remarcó que se podía dar la circunstancia de ver explosivos y detonadores en la boca de la mina.

El testigo afirmó que el encargado de los minipolvorines de la mina --que carecían de seguridad específica-- prestaba las llaves de éstos a los primeros trabajadores que llegaban a trabajar para coger los detonadores y subir por el cable la sustancia explosiva hasta el primer nivel de la mina. Precisó también que en la mina no se empleaban detonadores de aluminio y no pudo precisar cuándo realizaba la Guardia Civil las revisiones de los polvorines.

A preguntas de la fiscal Olga Sánchez, el ex picador de Mina Conchita subrayó que sí apreció un cambio en la seguridad de la empresa tras las detenciones de "ciertas personas", desde marzo a junio de 2004. Corroboró que Trashorras trabajó como ayudante en la minería y que podía acceder a detonadores y explosivos durante el periodo en que permaneció en la empresa.

go reconoció además que después de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, Trashorras le dijo "menuda la que ha armado el Mowgli".