El Gobierno "acompaña" a Repsol en la renegociación de sus condiciones en Ecuador, pero rehúsa adelantar resultados

Actualizado: jueves, 18 octubre 2007 21:11

La Cámara de Comercio Americana pide a España y EEUU que promuevan el fortalecimiento de la sociedad civil para evitar los populismos

MADRID, 18 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno español "acompaña" en la actualidad a Repsol en sus conversaciones con el Gobierno de Ecuador para renegociar las condiciones en las que opera en ese país, afirmó hoy la secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, quien no quiso sin embargo "prejuzgar cuál va a ser el resultado final".

En un almuerzo coloquio organizado por la Cámara de Comercio Americana en España, Jiménez precisó que el Ejecutivo "evidentemente no puede entrar en lo que afecta al ejercicio de soberanía de un país de negociar sus contratos", pero sí puede defender "los derechos económicos" de esas compañías, "como ocurrió en Bolivia". Y tras esta gestión, dijo, será la empresa en cuestión quien decida "si en vistas de estas nuevas condiciones de contrato le interesa quedarse o no".

Jiménez se pronunció en este sentido al ser preguntada sobre qué actuaciones ha emprendido el Gobierno español tras la disposición del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, de renovar los contratos de las empresas extranjeras que operan en el país y revisar los porcentajes de beneficios extraordinarios de las petroleras.

Tras recordar que acudió a Ecuador a verse con Correa justo después de que éste ganara las elecciones presidenciales e incluso antes de que tomara posesión para "hablarle" de las empresas españolas que en ese momento tenían una posición más fuerte, Telefónica y Repsol, subrayó que desde entonces ha habido un diálogo "muy fluido" para tratar de defender "no solamente a la empresa, sino a la gestión que estaba realizando, su desempeño, honestidad y compromiso con el país".

Según Jiménez, ese diálogo "ha permitido" que, cuando recientemente el partido de Correa obtiene la mayoría en la Asamblea Constituyente, hiciera una "declaración favorable hacia las empresas españolas". "Y lo hizo de una manera muy clara. Cuando habló de inversión extranjera, citó expresamente el buen desempeño de las empresas españolas", recordó.

La secretaria incidió en que desde el Ejecutivo se sigue favoreciendo que haya un "diálogo franco y honesto" entre el Gobierno y la empresa que negocia para que "puedan defender sus derechos" y sobre todo, dijo, para visualizar con ese acompañamiento del Gobierno que existe un "apoyo institucional claro".

En este sentido, subrayó la importancia de mantener un diálogo "fluido y permanente" con los Ejecutivos de aquellos países en los que hay presencia de empresas españolas, al margen de que se comparta más o menos "afinidades" con ellos".

Jiménez sostuvo por otro lado que las empresas españolas en América Latina, "en general, no solamente han hecho una magnífica gestión sino que además les ha ido muy bien".

DECLARACIONES DE KIRCHNER CONTRA LAS EMPRESAS, "ANECDÓTICAS"

A Jiménez le pidieron asimismo que indicara quién tiene razón, si los empresarios españoles cuando reclaman en Argentina un nuevo marco regulatorio más adecuado o el presidente Néstor Kirchner cuando califica a los empresarios españoles de insaciables e incorregibles.

Jiménez respondió que ella interpreta este tipo de manifestaciones como algo "anecdótico", pero quiso subrayar que el Gobierno de España "siempre" defenderá la actuación de las compañías españolas "primero" por su nacionalidad y segundo, "por convicción", debido a la "seriedad y rigor con que trabajan".

En este sentido, recordó que durante la crisis "brutal" sufrida por Argentina la mayoría de las empresas españolas presentes allí decidió quedarse.

El presidente de la Cámara de Comercio Americana en España, Jaime Malet, denunció por otra parte la opción elegida por ciertos Gobiernos de la región elegidos democráticamente de "convertir a las multinacionales extranjeras, especialmente españolas y estadounidenses que invierten en sectores estratégicos, en chivos expiatorios a los que culpar del atraso y justicias sociales alterando unilateralmente el marco regulador o las condiciones contractuales en las que operan" las compañías.

Malet advirtió de que estas técnicas "populistas" provocarán a medio y largo plazo "mayor pobreza al privar a dichos países de la tecnología, experiencia y puestos de trabajo que aportan los inversores extranjeros".

Para hacer frente a esta situación, consideró vital que España y Estados Unidos cooperen para que los países iberoamericanos alcancen mayor estabilidad institucional y desarrollen sociedades civiles "capaces de evitar derivas populistas de cualquier signo político".

En este sentido, propuso la creación de un foro impulsado por Estados Unidos y España, con participación de inversores españoles y estadounidenses, que promueva el fortalecimiento de la sociedad civil y la lucha contra la corrupción. Consideró asimismo que la comunidad hispana en Estados Unidos puede ser un "elemento clave" en esta estrategia.