Actualizado: viernes, 9 marzo 2012 20:13

SEVILLA, 9 Mar. (EUROPA PRESS) -

El que fuera director general de Trabajo y Seguridad Social de la Junta de Andalucía, Francisco Javier Guerrero, se ha referido este viernes a las declaraciones de su exchófer, Juan Francisco Trujillo, quien dijo que parte de los 900.000 euros que recibió en subvenciones otorgadas por la Junta los destinó a comprar cocaína "para su jefe y para él", y ha achacado estas afirmaciones a una "vendetta personal", negando que sea un alcohólico ni un cocainómano.

Durante la tercera jornada de declaración ante la juez de Instrucción número 6 de Sevilla, Mercedes Alaya, que investiga una presunta trama de prejubilaciones ilegales descubierta en numerosos expedientes de regulación de empleo (ERE), Guerrero ha señalado que trató siempre a su exchófer "como a un hijo" y ha atribuido estas declaraciones a una "revancha personal", ya que fue el propio Guerrero quien propuso al consejero de Empleo que lo despidiera "por incumplimientos laborales".

En este sentido, el imputado ha incidido en que, en los últimos tiempos, Juan Francisco Trujillo "incumplía aspectos como la higiene, la indumentaria o los horarios", y de hecho finalmente se le despidió "por una baja ficticia", tras lo que ha considerado que las afirmaciones de este hombre también se pueden deber a "que haya alguna persona interesada en echar más mierda sobre mí y haya podido lucrar" al chófer, aunque ha dicho desconocer quién puede ser ésta persona.

Francisco Javier Guerrero ha negado que sea un alcohólico ni un cocainómano --"nunca he comprado cocaína"--, pues "sólo le gusta el Marlboro y el gin-tonic de Beefeater", añadiendo que "se suele tomar un gin-tonic al día de postre y algún día otro por la tarde". Además, ha afirmado que, tras salir de trabajar o de reuniones con organizaciones sindicales, ambos se iban a un bar "a tomar una copa" y su exchófer "se tomaba un refresco o una coca-cola", a lo que algunas veces invitaba el propio Guerrero.

Asimismo, ha indicado que fue Juan Francisco Trujillo quien le pidió ayudas para una serie de empresas, pero ha dicho desconocer que, en ese momento, supiera que estas empresas pertenecían al propio Trujillo, y sobre los regalos que supuestamente habría recibido por parte de Trujillo a cambio de las ayudas, lo ha negado y ha aseverado que "no ha cogido un euro nunca a nadie en su vida", y por tanto tampoco a su exchófer, quien "hacía proyectos para empresas que podían recibir subvenciones" y que por uno de estos trabajos recibió 6.960 euros. "Trujillo es igual de hábil para no hablar como para engañar", ha apostillado.

Guerrero, que ha dicho que como director general de Trabajo cobraba 4.000 euros mensuales, "más gastos por su cargo", ha hecho un alegato final ante la magistrada en el que ha señalado que "me voy con la tranquilidad de haber contado todo lo que he vivido, quedando a disposición de la Justicia para aclarar lo necesario de los nueve años" en que fue director general de Trabajo, punto en el que ha querido agradecer "la tranquilidad y normalidad con que se ha desarrollado la comparecencia".

Asimismo, el imputado también ha agradecido a la magistrada y a su equipo "el trato recibido", mientras que ha destacado "la amabilidad con que le han tratado" los letrados personados en la causa, lo cual "le ha hecho sentir respaldado". Tras ello, la juez Alaya ha concluido su interrogatorio, que se ha prolongado por espacio de más de 15 horas divididas en tres días, y le ha advertido de que "tendrá que venir más veces" a medida que sea necesario y la Guardia Civil le entregue nuevos atestados.

La declaración ha sido suspendida hasta las 16,45 horas, cuando se retomará la comparecencia con las preguntas del fiscal y del abogado de la defensa.