BARCELONA, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -
El alcalde de Barcelona, el socialista Jordi Hereu, aseguró hoy que 2008 será un "punto de inflexión" para la capital catalana tras "las graves crisis vividas el año pasado en algunos servicios básicos". En este sentido, aseguró que ya detecta "señales de franca mejora, pero queda mucho por hacer".
"La nueva etapa de Barcelona ha empezado, no dejemos que se pare", dijo Hereu en un artículo publicado hoy en 'El País', en el que aseguró que "esa es la exigencia" que tienen que afrontar los poderes públicos. En este sentido, consideró que la "gran lección" de la crisis de las infraestructuras del pasado año es que "todo el mundo ha tomado conciencia de lo que jamás debía haber sido puesto en duda: Barcelona requiere infraestructuras bien dotadas y bien gestionadas, y si no dispone de ellas, Catalunya y España se resienten tanto como la ciudad y su área metropolitana".
Por ello, añadió: "Debemos asegurar la gran transformación de Barcelona en infraestructuras y servicios". "Éste es un elemento imprescindible para, después de años de retrasos, marcar el camino hacia una Barcelona fuerte y ambiciosa, que es la que a todos conviene, y dejar a un lado la Barcelona débil y temerosa que algunos parecen preferir", apostilló.
Hereu puso de manifiesto que, en un contexto de menor crecimiento económico, no hay que "dejarse llevar por un exceso de pesimismo", ya que "sería una actitud poco fundamentada, y el catastrofismo es mal aliado de la economía". La ciudad tiene que "saber jugar" sus bazas, ya que "no hay nada peor que la pasividad", sentenció.
Los retos de la capital catalana, consideró Hereu, pasan por potenciar "investigación, trabajo cualificado, cultura, es decir, creatividad: conocimiento, innovación, modernidad". "Ahí reside la gran baza de Barcelona, la que define su marca y le da prestigio y capacidad para competir en un entorno que exige habilidad y fortaleza para sobresalir", concluyó el alcalde.
