La hija de la acusada de asesinato dice que su madre drogaba a los hombres y les quitaba el dinero de la cartera

Actualizado: lunes, 13 noviembre 2006 21:17

TOLEDO, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -

La hija de la mujer francesa Dominique Madeleine R.M.L., acusada de asesinar al pensionista de 67 años Julio López en Torrijos (Toledo) el 1 de febrero de 2005, aseguró hoy que su madre drogaba a los hombres y cogía el dinero de sus carteras y que, en varias ocasiones, tanto en Torrijos como en otras localidades como Navalmoral de la Mata (Cáceres) donde han residido, su madre había suministrado pastillas en zumos de naranja o en vino a varios hombres.

Durante su declaración en la vista oral con jurado que se celebra en la Audiencia Provincial de Toledo, la joven, de 13 años de edad, confesó que su madre no sabía "que ella vio cómo le daba las pastillas" a Julio y que, casi siempre hacía la mezcla en su cuarto y luego lo servía.

"Mi madre se dedicaba a robar", dijo la chica, quien confesó que eso pasó tanto en el caso de Julio López como "con el cura joven" y en Navalmoral "con dos señores". Según comentó, cuando se despertaba la gente y no veía el dinero su madre --que bebía "mucho" a su juicio-- les decía que quizá se les había caído, aunque a ella luego se lo enseñaba asegurándole que "se lo habían dejado esos señores".

Respecto a la víctima, precisó que le había regalado un conejo en una ocasión pero negó que hubiese estado nunca en su cuarto y aseveró que "le molestaba" que este hombre fuera mucho a casa y que, cuando estaba con su madre, estuvieran "muy juntos".

Asimismo, la chica confesó que, aunque una vez lo pensó, no llegó a ir a la Policía para contar estas cosas porque su madre no le dejaba salir de casa sola, aunque sí se lo dijo a su padre. También declaró que el día de los hechos su madre le dio una bolsa de ropa a ella y a su padre para que la tiraran "lejos de allí" y que luego le comentó a ella que eso "no hacía falta que lo supiera nadie".

La joven, que llegó a decir, a preguntas de la defensa, que a su madre la quería "antes sí, ahora no" y que la odiaba desde pequeña por "dos mentiras y un hecho", reconoció que su deseo era ir a vivir a Plasencia con su padre, con quien estuvo de compras la tarde que ocurrió el asesinato.

NO SABÍA NADA.

Precisamente, este último extremo fue confirmado por el padre de la joven, Regis Henri Segre, separado actualmente de la acusada porque le quitó dinero y estuvo a punto de perder su trabajo en Plasencia, confesó que no sabía que su mujer le echaba pastillas a la gente.

El día de los hechos dijo haber tenido una discusión con la mujer cuando vio, al llegar a casa, que había un señor --Julio López-- dormido en la bañera, y la instó a que lo sacara de casa, lo que hizo la acusada quedándose él y su hija limpiándolo todo.

En la jornada de la tarde continuó el interrogatorio de la acusada quien, a preguntas de la defensa indicó que ella no había matado a Julio López, insistió en que cuando salió del descampado había una tercera persona y que no sabía ni siquiera el camino por el que tenía que volver a casa.

También declaró la chica que limpiaba en casa de Julio López, quien explicó que el día de los hechos el hombre, a quien definió como una persona sencilla, le debía 70 euros y le dijo que iba a ir al banco para pagarle porque nunca solía tener mucho dinero encima.