Un hombre afronta 22 años de cárcel por intentar matar a una mujer con quien tuvo un accidente en Vilafranca (Barcelona)

Actualizado: martes, 6 noviembre 2007 19:37

BARCELONA, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Fiscalía pide 21 años y 11 meses de cárcel para un hombre que en 2005 presuntamente retuvo durante siete horas en un desguace de coches a una mujer con la que tuvo un accidente en Vilafranca del Penedès (Barcelona) y a la que intentó matar estrangulándola, tras amordazarla, atarla y encañonarla en un desguace.

En la Sección Quinta de la Audiencia de Barcelona quedó hoy visto para sentencia el juicio contra Adolfo G.H., de 30 años, por los presuntos delitos de asesinato en grado de tentativa, de detención ilegal, de tenencia ilícita de armas, de amenazas, de usurpación de estado civil y de una falta de vejaciones injustas.

Por todos estos delitos, la Fiscalía pide un total de 21 años y 11 meses de prisión para Adolfo G.H., mientras que la acusación particular --ejercida por la víctima-- pide 27 años y cinco meses de cárcel al considerar que los hechos constituyen también un delito de injurias y otro de robo con violencia.

Además de la pena de prisión, la acusación pública y la particular piden una indemnización de 19.888 euros para la víctima, Candelaria L.M., quien, a consecuencia de los hechos, sufre como secuela un trastorno por estrés postraumático que la obligó a estar un año de baja laboral.

Los hechos ocurrieron el 20 de octubre de 2005, cuando la grúa del acusado colisionó por detrás con el coche de Candelaria L.M., tras lo cual convenció a la víctima para que le acompañara a buscar los papeles de su vehículo a un desguace de coches de Pacs del Penedès (Barcelona) para rellenar así el parte amistoso.

Ambos se dirigieron en sus respectivos vehículos hasta el lugar, donde el imputado rellenó el parte con el nombre de su hermano e hizo constar otro modelo de vehículo. Según la Fiscalía, Candelaria L.M. se percató del engaño y advirtió al acusado de que iba a llamar a la Policía, por lo que éste cerró la puerta del recinto con una cadena y un candado.

Acto seguido, Adolfo G.H. presuntamente encañonó a la víctima con una pistola y, mientras le decía que le iba a "joder" la vida, la obligó a sentarse en una silla, la ató de pies y manos y la amordazó. Poco después, el acusado desató a Candelaria L.M. y, sin dejar de apuntarle con la pistola, la obligó a dirigirse hacia un contenedor cercano y le disparó por la espalda sin llegar a alcanzarla.

Frustrado su propósito, Adolfo G.H. introdujo a la víctima en su coche y, tras atarla y amordazarla, tapó con sus manos la nariz y la boca de la mujer hasta que ella dejó caer la cabeza simulando que estaba muerta. Candelaria L.M. empezó entonces a llorar y a toser y consiguió convencer al acusado para que la dejara ir al hospital.

Tras pasar siete horas retenida en el desguace, la víctima ingresó finalmente en el Hospital Comarcal del Alt Penedès, donde fue atendida de inflamación en las dos muñecas. Candelaria L.M., además, sufre como secuela un trastorno por estrés postraumático que le mantuvo un año de baja laboral y que todavía sufre como secuela.

En el trámite de informes finales, tanto la Fiscalía como la acusación particular consideraron totalmente probados los hechos, sobre todo por la verosimilitud del testimonio que la víctima prestó ante el tribunal. La defensa, por su parte, pidió la absolución de Adolfo G.H., quien se declaró inocente durante el juicio.