OVIEDO, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Oviedo acoge desde hoy el juicio por el asesinato de la joven avilesina Anabel Gutiérrez. El ex novio de la joven se enfrenta a penas de prisión que van desde los 20 a los 25 años acusado de acabar con la vida de la joven en de alto de la Degollada (Candamo) en junio de 2007.
El Ministerio Público solicita, en su escrito provisional, que se condene a Juan Antonio S. A., de 34 años de edad, a 20 años de cárcel, la Abogacía del Estado coincide con la letrada de la acusación, Victoria Carbajal, en solicitar la pena máxima que recoge el Código Penal por este delito, 25 años de prisión. Respecto a la indemnización, Carbajal pide una multa de de 200.000 euros mientras que la abogacía del estado solicita 150.000 euros.
El ministerio fiscal acusa al ex novio de Anabel Gutiérrez de un delito de asesinato con alevosía por el que solicita que se le condene a 20 años de cárcel. Además, pide que el acusado indemnice en 200.000 euros a la hija de la víctima, menor de edad, y en 10.000 a Carmen Raquel Tielve, la madre de la joven presuntamente asesinada, por los daños y perjuicios morales sufridos. El fiscal coincide con el resto de acusaciones al considerar que concurre la agravante de parentesco.
Una cuarta acusación, de la hija de la víctima, solicita la pena máxima para Juan Antonio S. A., vecino de La Carriona, por un delito de asesinato con ensañamiento y alevosía y que pague a la menor una suma de 300.000 euros.
El letrado que representa a la menor, según las mismas fuentes, considera que concurren en el caso las siguientes agravantes: aprovechamiento de la circunstancia de lugar, tiempo o auxilio; incremento del sufrimiento de la víctima, abuso de confianza y el parentesco, ya que entre el imputado y la víctima existió una relación de parentesco.
El cadáver de la víctima fue hallado por unos vecinos de Cogollo (Las Regueras), padre e hijo. Anabel Gutiérrez tenía la cara destrozada a golpes y su cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición. El estudio del cuerpo inerte de la joven avilesina descartó abusos sexuales, pero reveló detalles escalofriantes: Anabel presentaba en las manos signos de haber intentado protegerse de la brutal agresión.
