Los informes de balística confirman que el presunto asesino del celador disparó en dos tandas

Actualizado: miércoles, 13 junio 2007 17:22

SEVILLA, 13 Jun. (EUROPA PRESS) -

Los informes de balísticas expuestos hoy en la tercera sesión del juicio por el crimen del celador, que falleció tres recibir varios disparos por el padre de la menor que atropelló sin causarle daño, han confirmado que el acusado tuvo que realizar los disparos en dos tandas, ya que el arma usada "tiene una capacidad máxima de siete cartuchos y uno más en la recámara", mientras que en el lugar de los hechos se recogieron "nueve balas y nueve vainas, por lo que como mínimo se realizaron nueve disparos", añadiendo que además "se encontraron dos cartuchos más en el suelo".

De esta forma, los policías nacionales que declararon hoy realizaron una amplia explicación del arma usada por el acusado, Ricardo S.A, que incluyó una demostración al tribunal con una de iguales características. Así, señalaron que hay varias opciones para recargar la pistola, que nunca fue encontrada, "bien con un cargador nuevo o recargándolo con cartuchos". Esta última opción, a juicio del agente es la más probable, "dado que en el suelo se encontraron dos cartuchos sin usar, que se le pudieron caer con el nerviosismo provocado por la situación".

Los peritos realizaron una demostración gráfica de cómo funciona el arma, y de cómo "hay que montarla" cada vez que se carga. Además, ofreció la posibilidad a los miembros del jurado de comprobar cómo se utiliza, a petición del fiscal, quien quiso demostrar así que "una persona que usa un arma por primera vez desconoce su funcionamiento no puede recargarla rápidamente", lo que quedó demostrado con dos miembros del jurado.

SU CARÁCTER "UNA TORMENTA DE VERANO"

De igual modo, a propuesta de la defensa, se presentó un informe por parte de dos médicos psiquiatras sobre el estado psicológico de el principal procesado, del que dijeron que tiene "un carácter epileptoide" y que calificaron como "una tormenta de verano", es decir, "una persona tranquila que cuando pilla un berrinche estalla con una descarga emocional tremenda".

Así, dijeron que Ricardo S.A. "no distingue lo fundamental de lo accesorio" y sufre "un estrechamiento del campo de la conciencia y, por tanto, una alteración muy primitiva", provocado en gran parte por "una adicción al cannabis desde los siete años, que dio lugar a la creación de un hábito a las drogas que se tornó en cocaína, acompañada por una adicción al alcohol".

Además, hicieron referencia a un episodio de su niñez, narrado por él y su familia a los psiquiatras, en el que aseguró que sufrió un golpe en la cabeza cuando buscaba plomo "que le dejó en coma varios días y pudo provocarle daños cerebrales". Además, explicó el 'shock' provocado por la muerte de su hermano menor en un atropello, que revivió el día de los hechos.

Esta forma concluyeron que "existe una conexión entre su psicopatología y la comisión de los hechos" y que "se unieron una serie de factores emocionales para que esta persona actuara así", insistiendo en "las desconexiones emocionales de la realidad" que el provocan las drogas "de las que abusa". No obstante, a preguntas del fiscal, ambos doctores señalaron que no consta documentalmente los episodios descritos, ni la antigüedad de su adicción, sino que el informe ha sido elaborado con la "fiabilidad" de diversos testimonios familiares.

La vista concluirá esta tarde con la lectura de los informes de cada una de las partes, después de que el fiscal haya aumentado la pena para Ricardo S.A. en dos años --24 por un delito de asesinato y dos por un delito de tenencia ilícita de armas--, manteniendo los 14 años para la mujer, María Luisa C.J., cómo cómplice. Mañana, se procederá a la entrega del objeto del veredicto al jurado, que se retirará a deliberar ya por la tarde. Una vez que se conozca el veredicto el juicio quedará visto para sentencia.

LOS HECHOS

Según consta en el escrito de acusación del fiscal, al que tuvo acceso Europa Press, los hechos tuvieron lugar el 8 de enero de 2006, cuando el celador --que se dirigía a su lugar de trabajo, el hospital Virgen del Rocío de Sevilla-- al pasar ante al Albergue Juvenil, sito en la calle Isaac Peral, con "velocidad apropiada" se le cruzó una niña "de forma sorpresiva". Gaspar G.T. "no pudo evitar el golpe" con su vehículo a la menor, que quedó tendida ante el coche, sin que conste "que sufra lesión de importancia", pues fue dada de alta al día siguiente.

En ese momento el padre de la menor se acercó al coche "y con absoluta sangre fría y sin preocuparse del estado de su hija" sacó una pistola y comenzó a disparar "a escasa distancia contra la cara del conductor" que no tuvo lugar de defenderse "ni de ponerse a salvo".

Al mismo tiempo, su mujer se acercó al coche y abrió la puerta del conductor "terminando de desprender los cristales de la ventanilla, facilitando que su marido continuara disparando" contra el celador.

Ricardo S.A. supuestamente agotó el primer cargador y colocó un nuevo tras lo que "continuó disparando contra su víctima hasta vaciarlo". Al comprobar que varias dotaciones de Policía se encontraban muy cerca, "aprovechó el momento de confusión" para huir en una furgoneta que posteriormente fue encontrada en Los Bermejales. El procesado se marchó a Portugal, donde fue detenido.