PARIS, 21 Jul. (EUROPA PRESS) -
La investigación del robo de 28 kilos de explosivos y detonadores detectado el pasado viernes 18 de julio en un local de la Seguridad Civil cercano a Lyon sigue la pista de la delincuencia organizada y del terrorismo, sin dar prioridad de momento la de ETA, según la prensa gala.
Los explosivos, del tipo Semtex, no tendrían que haberse almacenado en este depósito, anexo al centro de desminado de la Seguridad Civil en el Fuerte de Corbas, a las afuerzas de Lyon, porque el local en cuestión estaba cerrado sólo con unas simples cadenas y un alambrado, por lo que no cumplía las normas de seguridad necesarias.
Al parecer, los intrusos cortaron la alambrada y rompieron a patadas o con barras la puerta de madera, aunque el agujero hallado en la valla de alambre pudo ser anterior a los hechos, según los primeros elementos de la investigación confiada a la Subdirección Antiterrorista y a la Dirección Interregional de la Policía Judicial de Lyon. De momento, los investigadores no parecen inclinarse hacia la autoría de la banda terrorista ETA.
No obstante, la ausencia de otros daños en el lugar de los hechos hace pensar que los ladrones sabían muy bien lo que querían. De ahí que se manejen dos hipótesis: la de la gran delincuencia, dado que el Semtex es un material usado para hacer saltar furgones blindados y estructuras metálicas, y la pista terrorista.
POTENTE Y DISCRETO
El Semtex es un potente explosivo de color rojo con forma de cápsulas hexagonales de aspecto plástico creado en Checoslovaquia y con una gran capacidad de propagación que los militares lo usan para la destrucción de minas terrestres y marinas. Un sólo kilo, incluso menos, pueden destrozar el fuselaje completo de un avión de pasajeros.
Fue el explosivo usado en el famoso atentado contra el Boeing 747 que estalló en Lockerbie, Escocia, provocando la muerte de 270 personas. También es famoso por su facilidad de manipulación y porque es muy discreto, ya que no huele. El Semex puede durar hasta 20 años.
