MADRID, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los jueces de la Audiencia Nacional Fernando Andreu y Fernando Grande-Marlaska tienen previsto comenzar mañana a tomar declaración a diez de los 21 detenidos esta semana por su presunta vinculación con el envío de "muyahidines" a Irak. El primer magistrado interrogará a los ocho detenidos el martes por la Guardia Civil, mientras que su compañero comenzará con dos de los trece arrestados por el Cuerpo Nacional de Policía y realizará el resto de comparecencias el sábado.
Fuentes jurídicas señalaron que mañana declararán ante el juez Fernando Andreu los presuntos miembros de la célula islamista desarticulada en Vilanova i la Geltrú por la Guardia Civil y que en 2003 podría haber facilitado a un argelino su viaje al país del Golfo Pérsico, donde atentó contra las tropas italianas destinadas en Nasiriya.
En la citada localidad barcelonesa el Cuerpo Nacional de Policía realizó otros ocho arrestos, además de otros tres en Madrid y uno más en Lasarte (Guipúzcoa), así como uno más hoy, el del presunto jefe de las dos células "yihadistas" desarticuladas el martes pasado, el marroquí Omar Nakhcha, quien podría haber facilitado la huida de tres implicados en el 11-M.
El juez Grande-Marlaska, quien esta semana se encuentra de guardia, tomará declaración mañana a dos de los detenidos por el Cuerpo Nacional de Policía y el sábado interrogará al resto, salvo a Nakhcha, quien esta previsto que comparezca el próximo lunes. Debido al gran número de detenidos y su nacionalidad, por la que es posible que sea necesario que declaren asistidos por un intérprete, los interrogatorios previsiblemente se prolongarán mañana hasta la madrugada y no se sepa qué medida decretan los magistrados contra ellos hasta el sábado.
El ministro del Interior, José Antonio Alonso, dijo que los dos grupos se mantenían "interrelacionados entre sí", unos contactos que fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por Europa Press concretaron en relaciones personales entre miembros de ambos grupos. Las operaciones de Policía y Guardia Civil parte de investigaciones realizadas por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que determinó ramificaciones de estos grupos en Francia, Bélgica, Holanda, Argelia, Marruecos, Turquía, Siria e Irak.
El pasado martes de madrugada la Guardia Civil puso en marcha la "Operación Chacal", por la que fueron detenidos siete marroquíes y un español en Vilanova, que serán los primeros en declarar ante el juez. El grupo al que presuntamente pertenecen reclutaba y adoctrinaba a islamistas radicales, por una parte, y, por otra, daba apoyo logístico a las redes que envían terroristas suicidas a Irak, a través de Siria, Jordania y otros países del entorno, alojando a los "muyahidines" de camino a su destino final.
Además, estos "yihadistas" no viajaban con los bolsillos vacíos, ya que el grupo asentado en la provincia de Barcelona les facilitaba fondos obtenidos a través de un entramado económico basado en "negocios pantalla", con apariencia legal.
ATENTADO SUICIDA EN NASIRIYA.
Una de esas personas fue un ciudadano argelino que acabó estrellando un camión con explosivos contra la base italiana en Nasiriya el 12 de noviembre de 2003, causando la muerte de doce carabinieri, cinco militares, dos civiles italianos y nueve iraquíes. Alonso no precisó si este individuo fue captado en España, pero sí dijo que la vinculación de la célula desarticulada con aquel atentado ha sido posible gracias a la colaboración de los laboratorios de las policías científicas española e italiana.
Alonso situó en finales de 2003 el inicio de la actividad de envío de "muyahidines" a Irak, por lo que el argelino tuvo que ser uno de los primeros en ser reclutado. Meses después, a mediados de 2004, un grupo de marroquíes que había seguido el mismo camino y regresaba a España fue detenido por las autoridades sirias y enviados a su país de origen tras haber combatido, según Alonso, a las órdenes del jefe de Al Qaeda en Irak, Ayman Al Zarqawi.
De forma simultánea a esta labor de reclutamiento y envío a Irak, el grupo de Vilanova se dedicaba a financiar las actividades del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), al que los Servicios de Información relacionan con los atentados de Casablanca y Madrid, además de considerarlo uno de los grupos salafistas más activos y con mayor presencia en el norte de Africa y Europa. El otro grupo vinculado a las operaciones del martes pasado es el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), del mismo credo radical que el GICM, pero de origen argelino.
"OPERACIÓN CAMALEÓN".
Por su parte, la Policía puso en marcha la "Operación Camaleón" contra una célula, cuya base estaba en Madrid y mantenía ramificaciones en Barcelona. Este grupo también reclutaba, adoctrinaba y enviaba a islamistas radicales desde España o desde el norte de Africa hacia Irak.
Su destino eran los grupos dirigidos por Ayman Al Zarqawi, jefe de Al Qaeda en Irak, con quien el líder del grupo desarticulado por la Policía el pasado 19 de diciembre mantuvo varios contactos. La labor de esta célula se completaba acogiendo a algunos "muyahidines" cuando regresaban, para que seleccionaran y prepararan a otros "yihadistas".
Al frente de este grupo, muy estructurado y que podría haber cometido atentados en el futuro en España o algún otro país europeo, figuraba un ciudadano argelino que habría recibido adoctrinamiento en Afganistán. Se dedicaba a obtener "información operativa sobre posibles objetivos", según Interior, y a financiar estructuras asentadas en el exterior de España por medio de sus contactos con un marroquí.