BARCELONA, 25 Ene. (EUROPA PRESS) -
La mezquita Tarek Ben Ziad, situada en el número 91 de la calle Hospital de Barcelona, celebró hoy con total normalidad el primer día de oración después ser uno de los escenarios de la operación policial que el pasado viernes desarticuló una supuesta célula de terroristas islamistas.
Según pudo comprobar Europa Press, la ceremonia de las 14 horas, la más concurrida de la semana, congregó a unos 200 musulmanes en uno de los principales oratorios islámicos del barrio del Raval.
Muchos de los fieles que acudieron al centro no quisieron hablar de la operación e incluso se mostraron incómodos o molestos con la presencia de periodistas. Además, ningún responsable de la mezquita quiso comentar el asunto.
Uno de los asistentes, un médico sirio-español que vive en España desde 1965, se mostró triste por las noticias, aunque aseguró preferir no mirar la televisión ni leer nada sobre el caso. El hombre, que no quiso revelar su nombre, señaló que la sociedad catalana es "abierta", y recordó que en 2003 se manifestó masivamente en contra de la guerra en Irak, por lo que no se merece que los islamistas atenten contra ella.
Por otra parte, un joven que también asistió a la ceremonia, Mujibur Rahman, de Bangladesh pero que habla urdu, explicó que los que quieren cometer atentados "no vienen a la mezquita", aunque admitió que conocía a algunos de los detenidos por haberlos visto en el templo.
Igualmente, vio improbable que un islamista quisiera cometer un atentado en una mezquita o el transporte público, ya que también mataría a muchos musulmanes.
Según él, es normal que algunos vecinos del Raval se muestren ahora más reticentes ante la comunidad pakistaní, pero espera que el respeto entre colectivos, religiones y culturas siga imperando en el barrio.
Por otra parte, la pastelería Ayub, propietaria del hijo de uno de los detenidos, Mohammed Ayud Elahi, reabrió hoy sus puertas tras permanecer cerrada desde ayer. Sus hijos explicaron a Europa Press que su padre es inocente y se encuentra "bien", aunque ayer sólo pudieron hablar con él un minuto por teléfono.
