El jefe y otro miembro del comando viajaron en diciembre a Madrid para inspeccionar la zona donde iban a atentar

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Actualizado: miércoles, 9 enero 2008 19:37

MADRID, 9 Ene. (EUROPA PRESS) -

El comando de ETA que pretendía atentar en fechas próximas en Madrid había viajado el pasado mes de diciembre a la capital de España para inspeccionar la zona comercial de Azca, decidir la colocación del coche-bomba y marcar las posibles rutas de huida, informaron a Europa Press fuentes de la investigación. El jefe del grupo, Mattin Sarasola, se desplazó en un fin de semana del pasado mes a la capital de España en compañía de otro miembro del comando.

La fecha del atentado aún no había sido marcada por los presuntos terroristas aunque, según las fuentes consultadas, los preparativos ya habían comenzado y el atentado podría haberse cometido antes de finalizar el presente mes de enero.

Los presuntos terroristas habían visitado Azca decidiendo cometer allí el atentado, concretamente en un aparcamiento de la zona. Allí hay varios 'parking' públicos, la mayoría subterráneos, aunque enfrente de unos grandes almacenes y a pocos metros del Paseo de La Castellana hay uno al aire libre. El resto son subterráneos, tanto el perteneciente a los citados grandes almacenes --cuyas entradas y salidas dan a la red de tramos soterrados del eje que forman la calle Capitán Haya y el Paseo de La Castellana-- como otros dos públicos de importantes dimensiones.

La zona de Azca tiene una gran densidad de personas durante todo el año que se ve acrecentada en Navidad y en las actuales fechas, ya que además del citado centro comercial, las grandes cadenas de ropa y restaurantes en cadena tienen multitud de establecimientos en la calle Orense y alrededores.

Este 'modus operandi' de viajar a Madrid para visitar el lugar donde posteriormente se iba a atentar ya fue seguido por los terroristas en la capital de España con la preparación de la acción terrorista de la T-4. Según explicó el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, el jefe del comando, Mattin Sarasola, ha confesado, junto a Igor Portu y Mikel San Sebastian su participación en aquel atentado, que causó la muerte a dos ciudadanos ecuatorianos el 30 de diciembre de 2006.

Como miembros 'legales' de ETA, es decir, no fichados por la policía que siguen una vida normal y en la mayoría de los casos tienen un trabajo fijo, los cuatro miembros del 'comando' actuaban en fin de semana. Joseba Iturbide trabajaba como peón de albañil, Mikel San Sebastián había presentado ganado en ferias de Lesaka e Igor Portu trabajaba como técnico de la Mancomunidad de Servicios Sociales de Bortziriak-Cinco Villas. Precisamente el domingo pasado fue detenido éste último en compañía de Sarasola y en poder de dos revólveres, envueltos en celofán, de los robados por ETA en Vauvert en octubre de 2006.