El juez condena a 17 años de cárcel a una mujer que asesinó a su suegra a golpes en Neda (A Coruña) en 1992

Actualizado: viernes, 14 marzo 2008 0:43

La Fiscalía solicitaba una pena de 20 años, pero el juez decidió no tener en cuenta los agravantes de parentesco ni de ensañamiento

A CORUÑA, 13 Mar. (EUROPA PRESS) -

El juez condenó hoy a a 17 años de cárcel a la acusada de matar a su suegra a golpes en la localidad coruñesa de Neda en 1992, tras decidir no tener en cuenta los agravantes de parentesco y ensañamiento.

El juez consideró en su sentencia que "no debe contemplarse el parentesco porque no existía relación entre ambas" y también rechazó el agravante de ensañamiento porque, cuando se vertió el líquido corrosivo sobre la víctima, ésta ya había fallecido.

Además, en lo referente a la responsabilidad civil, el juez ordenó que la acusada indemnice a cada uno de los hijos de la víctima con 150.000 euros, lo que incrementa considerablemente la cifra pedida por la Fiscalía y la acusación particular que se situaba en 100.000 euros para el que era marido de la acusada y en 120.000 para el otro hijo de la fallecida que sufre un retraso mental y es dependiente.

Con la condena se rebaja la pena de prisión pedida por la Fiscalía y la acusación particular que se elevaba hasta los 20 años, después de que el jurado popular considerara el pasado 7 de marzo probado por unanimidad que la acusada de matar a su suegra a golpes en la localidad coruñesa de Neda en 1992 era culpable de asesinato.

Así, los nueve miembros consideraron, basándose en las pruebas, que se trató de un asesinato, y no de un homicidio, y que la culpable es la acusada, R.G., porque la declaraciones de los forenses dejaron probada la existencia de dos armas, y el hijo de la acusada incurrió en contradicciones con los forenses. No obstante, aseguraron que no hubo alevosía porque el líquido corrosivo se vertió sobre la víctima en el momento en que esta ya había fallecido.

Además opinaron que sólo la acusada y su hijo pudieron tener acceso al lugar en el que se encontraba la víctima en el momento del asesinato, y que éste fue ideado por la acusada de manera premeditada por la compra de la máscara de gas y los líquidos corrosivos, mientras que los hijos fueron influenciados por su madre.

FISCALÍA.

Ante esto, la Fiscalía solicitó 20 años de cárcel por cometer un asesinato doloso con agravante de parentesco y que la pena se cumpla en su extensión máxima por el modo de hacerlo y permitir que su hijo cargara con la culpa del mismo.

Insistió en la necesidad de indemnizar a los dos hijos de la víctima. En concreto pidió 100.000 euros para el que era marido de la acusada; y 120.000 para el otro hijo de la fallecida que padece un retraso mental y es dependiente.

También solicitó que se retire la fianza que permite a la encausada permanecer en libertad para que ingrese en prisión de manera inmediata e incondicional. Unas peticiones a las que se adhirió la acusación particular, al reconocer que no hubo alevosía.

RECURSO.

Por su parte, la defensa anunció que recurrirá la sentencia por considerar que se han violado los derechos constitucionales de la acusada y se han considerado pruebas en el juicio que deberían haberse considerado nulas. Además solicitaron que ésta continúe en libertad presentándose de manera diaria en el cuartel de Lonzas pues "la sentencia no es firme".

En declaraciones a los medios, la abogada encargada de la acusación particular anunció que la acusada se enfrentará a otro juicio, esta vez por causar daños psicológicos a sus hijos, para el que todavía no hay fecha y que probablemente se celebrará en Ferrol.

HECHOS.

La mujer R.G. estaba acusada de asesinar a su suegra a golpes con ensañamiento y alevosía, y rociar el cadáver con ácido para desfigurarlo, el 23 de septiembre de 2002, por lo que la Fiscalía solicitaba para ella 25 años de cárcel.

Dolores Pereiro fue asesinada cuando contaba con 64 años de edad en su domicilio en la localidad coruñesa de Neda. Los hechos se produjeron con una pata de cabra de hierro y otro objeto contundente y corto, con los que los autores del crimen golpearon a la víctima, principalmente en la cabeza, hasta provocarle la muerte.

Después rociaron el cuerpo con un líquido corrosivo con las intención de desfigurarla, y que le provocó quemaduras amarillentas por todo el cuerpo. La encausada vivía en A Coruña con sus dos hijos, mientras su marido e hijo de la víctima lo hacía en Neda para desarrollar su trabajo de mariscador.

Con la intención de reunir a la familia, decidieron irse todos a vivir a Neda, en un piso contiguo al de la víctima. El día de los hechos, según aseguró la Fiscalía, R.G. planificó el asesinato al conseguir que todos los miembros de la familia estuvieran ocupados con tareas fuera de la vivienda, a excepción de su hijo, su suegra y ella, para utilizar al menor como "mero instrumento de su madre".

Cuando la víctima quedó sola, la acusada y su hijo de 15 años entraron en la vivienda y la asesinaron a golpes. En esa misma mañana el menor se autoinculpó de los hechos, en una decisión tomada de acuerdo con la madre, según sostuvo la Fiscalía, por lo que fue condenado a dos años de internamiento en un centro de menores.

El juicio se celebró a lo largo de toda la semana en la Audiencia Provincial de A Coruña con jurado popular compuesto por nueve miembros contra la acusada que, en estos momentos, se encontraba en libertad bajo fianza de 6.000 euros, desde el pasado mes de diciembre y después de haber pasado un año en la cárcel de Teixeiro.