El juez decreta el ingreso en prisión del presunto homicida de la discoteca 'Heaven'

Actualizado: jueves, 15 enero 2009 12:28

El magistrado Santiago Torres, que investigó a 'Cata' como integrante de una mafia que operaba en la noche, se ocupará de la causa

MADRID, 15 Ene. (EUROPA PRESS) -

El juez de Instrucción número 48 de Madrid, Baltasar Fernández, que se encontraba ayer de guardia de detenidos, ha decretado el ingreso en prisión provisional de Carlos Monge, alias 'El Cuchillos', como presunto autor de la muerte a tiros del portero de la discoteca Heaven Catalin Stefan, 'Cata', y el relaciones públicas de la Joy Eslava Alejandro Muñoz Rojas-Marco, informaron hoy fuentes jurídicas.

A 'El Cuchillos', de 36 años, se le acusa de dos delitos de homicidio y dos intentos de homicidio. El Grupo X de Homicidios de la Policía Nacional le puso ayer por la tarde a disposición judicial tras negarse a declarar por estos hechos.

El magistrado se inhibirá ahora de la causa a favor del juez Santiago Torres, que ocupa el Juzgado de Instrucción número 32 de Madrid, al encontrarse de guardia de diligencias la noche en la que se produjeron los asesinatos, procediendo al levantamiento de los cadáveres. El juez Torres se encargará de la investigación, que le viene como anillo al dedo al seguir ya la pista de un supuesto grupo organizado de búlgaros y rumanos que operaba en el entorno de la noche madrileña, al que supuestamente pertenecía 'Cata'.

En cuanto a los hechos, el desencadenante de los disparos que acabaron con la vida de 'Cata' y Muñoz se produjo a raíz de una discusión que mantuvo Monge con Catalin en el descansillo de la discoteca Heaven, en la calle Arenal, debido a que le emplazó a salir del local por los incidentes que estaba acostumbrado a provocar.

Monge había logrado sortear el primer circuito de seguridad, asegurando a los búlgaros que se encontraban en la puerta que venía de parte de Santi 'El Negro', uno de los porteros de la discoteca Joy Eslava, próxima a la sala Palace. Nada más acceder al interior, se topó con 'Cata', uno de los empleados de seguridad "muy querido" por los clientes del local. La víctima le invitó a abandonar el local, a sabiendas de su fama de persona "conflictiva" y "muy violenta".

Cuando se dirigían a la salida, Monge le disparó con un arma que guardaba en su chaqueta, descerrajándole cuatro tiros a quemarropa. Emprendió la huida a base de disparos, siendo perseguido por varios porteros y clientes. En la calle Hileras, pegó dos tiros en la espalda a uno de los clientes, Alejando Muñoz Rojas Marcos, el hijo de un prestigioso médico español.

Los sanitarios del Samur-Protección Civil atendieron a Muñoz por arma de fuego en el costado derecho, trasladándole al Gregorio Marañón. Además, otro joven fue atendido y dado de alta con una herida contusa en la cabeza.

Al rato de los hechos, los agentes del Grupo III de la unidad que trabaja las noches, conocidos como los centauros, le encontraron en su coche, apostado en la calle Maestro Vitoria, cuando se disponía a huir de la zona.

A FAVOR DEL JUEZ TORRES

'Cata' era una de las personas a las que el juez Torres seguía la pista en una investigación que abrió paralela al 'caso Guateque' sobre supuestas mafias búlgaras que controlaban el submundo de la noche de Madrid. La trama de corrupción municipal destapó a consecuencia de un pinchazo telefónico a uno de los imputados la existencia de este supuesto grupo delictivo formado por búlgaros y rumanos.

La investigación contra las supuestas mafias búlgaras se abrió tras una conversación que interceptó la Guardia Civil a Acisclo Fernández, el hijo del ex jefe de Evaluación Ambiental del Ayuntamiento de Madrid Joaquín Fernández de Castro, imputado en la causa matriz, y dueño de Dink, una de las discotecas sospechosas de saltarse la ley. El juez Torres acordó abrir una pieza separada, decretando el secreto de las actuaciones. El pasado noviembre, el magistrado archivó la causa ante la ausencia de pruebas.

En una de las conversaciones, Acisclo Fernández comentaba con su interlocutor que necesitaba un intermediario para introducir un móvil en la prisión de Alcalá Meco para su padre. En la charla, aparecía el nombre de Lauro, procesado por la Audiencia Nacional en relación a un delito de tráfico de drogas. En ese procedimiento, estaba también procesado Catalin Stefan, 'Cata' el portero de la discoteca 'Heaven'. 'Cata' contaba con un sinfín de antecedentes policiales, entre ellos el secuestro de un narcotraficante en Gandía.

El abogado de Lauro, Roberto Rodríguez Casas, proporcionó al hijo de Fernández de Castro una cuenta bancaria para ingresar el dinero del móvil. Tras ello, el letrado contactó con un cliente que introdujo el teléfono en el penitenciario, eludiendo los controles de la prisión.

En otra de las escuchas, Acisclo hablaba de una paliza que le había propinado un sicario contratado por Lauro debido a una deuda contraído con él, posiblemente relacionada con un asunto de drogas, según las mismas fuentes.

BODA REVELADORA

En las conversaciones pinchadas a Acisclo aparecían multitud de nombres que constituían un verdadero "jeroglífico" que se desenmarañó en la vigilancia realizada por la Guardia Civil el pasado abril durante la boda de uno de los supuestos jefes de las mafias búlgaras, de nombre Ivo. Al enlace asistieron la mayoría de las personas citadas en las escuchas. Además, contó con la asistencia del juez Carlos Nogales, a quien se le investigó por su supuesta relación con la trama de corrupción policial de Coslada.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) le suspendió de sus funciones por la comisión de un delito de coacciones contra la ex pareja de Adrián Jaramago, un agente local de Coslada que pertenecía al denominado 'Bloque', y que se encuentra ya en libertad provisional. Finalmente, se sobreseyó la causa al no encontrar indicios probatorios contra Nogales. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) acordó levantarle la suspensión.

Se da la circunstancia de que el ex jefe de la Policía Local de Coslada, Ginés Jiménez, que permanece en prisión preventiva, era un asiduo de las discotecas investigadas por el juez Torres. Según los investigadores, Ginés colaboraba estrechamente con los locales para abastecerlos de porteros, cuyas actividades eran vistas "con buenos ojos" por determinados agentes municipales de la capital.