Juicio por el accidente de tren de Villada (Palencia) en el que murieron 7 personas quedará hoy visto para sentencia

Actualizado: viernes, 13 noviembre 2009 8:27

PALENCIA, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -

El juicio por el accidente ferroviario de Villada (Palencia), ocurrido en agosto de 2006 y en el que fallecieron siete personas y otras 95 resultaron heridas tras descarrillar el convoy en el que viajaban, quedará hoy visto para sentencia una vez se presenten los informes finales y las conclusiones de las partes.

El maquinista, J.L.P.G, de 46 años y vecino de León, se enfrenta como único imputado a una pena de dos años y medio de cárcel por siete delitos de homicidio imprudente y otros 95 de lesiones, así como a cuatro años y medio de inhabilitación profesional.

El juicio pretende determinar si el maquinista pasó por alto las señales de precaución y pulsó el botón de confirmación de haberlas advertido o si falló el sistema de seguridad en la señalización o en el bloqueo del convoy.

Durante la vista oral, la defensa ha tratado de demostrar que los citados sistemas pueden tener errores, tal como manifestaron varios maquinistas como testigos. El posible fallo en el sistema avalaría la versión que el acusado ofreció desde sus primeras declaraciones, minutos después del accidente.

Otros testigos, sin embargo, como el jefe del centro de control de León y técnicos de seguridad, manifestaron que el sistema no falló y que la caja negra del tren reflejaba las pulsaciones de conformidad presuntamente realizadas por el maquinista, sin posibilidad de error.

Dicha versión coincide con la planteada ayer por varios peritos de Renfe y Adif, entre ellos el director de seguridad de Renfe, que afirmó además que la señalización marcaba la correspondiente precaución.

Así lo reflejó en el informe del siniestro, en el que recogió los datos del tren, de la estación de Villada y del centro de control de León; en caso de error, aseguró, "el sistema se hubiera parado".

Los peritos que declararon ayer señalaron igualmente que la causa del descarrilamiento fue la excesiva velocidad, 125 kilómetros por hora, con la que el convoy afrontó el cambio de vía, maniobra que se debía realizar a 30 kilómetros por hora.