Asegura que "en esas mismas condiciones, en aquel entonces, volvería a hacerlo" porque considera que era su "obligación"
BILBAO, 7 Ene. (EUROPA PRESS) -
El secretario general del PSE-EE, Patxi López, se mostró convencido de que el juicio al que se enfrenta desde mañana por reunirse con dirigentes de la izquierda abertzale "quedará en nada" ya que "no hay nada punible" en su actuación y "no habrá ningún tribunal que pueda decir que la política no tiene que servir para avanzar en el camino de la paz".
Asimismo, aseguró que "en esas mismas condiciones, en aquel entonces, volvería a hacerlo" porque considera que era su "obligación".
En declaraciones a los medios de comunicación realizadas tras participar en un acto de homenaje a Indalecio Prieto en Bilbao, López lamentó que el juicio -al que se enfrentan además de él su compañero de partido Rodolfo Ares, el lehendakari, Juan José Ibarretxe, y varios dirigentes de la izquierda abertzale- "tiene un claro impulso político porque su origen lo tiene en esa estrategia de judicializar la política de la derecha y del PP, que llevaba a los tribunales aquello que era incapaz de solventar en la crítica y el debate político".
En cualquier caso, afirmó que los dirigentes socialistas acudirán a él "con absoluta normalidad, con absoluta naturalidad en la defensa del poder judicial y en la confianza absoluta en la justicia".
"Sobre todo, acudimos con la tranquilidad de saber que no hemos cometido ningún delito más bien al contrario, cumplimos con nuestra obligación, porque cualquier político tiene la obligación cuando hay una oportunidad para conseguir la paz -como así creíamos que existía en aquel entonces- de intentarlo", añadió.
En este sentido, reiteró que la reunión que les llevará mañana ante el Tribunal Superior de Justicia tenía como objetivos "avanzar en el camino hacia la paz y hacer posible que el mundo que daba cobertura a la violencia se integrara en democracia, porque la democracia es un sistema que integra a todo aquel que quiere hacerlo y que quiere utilizar exclusivamente las herramientas de la política".
Tras lamentar que "desgraciadamente, no fue posible porque ETA frustró nuestras esperanzas de conseguir la paz y acabar con la violencia", insistió en que los socialistas hicieron "lo que teníamos que hacer" y consideró que "lo que no se nos hubiera perdonado y nosotros mismos no nos hubiéramos perdonado era no haber intentado avanzar hacia la paz".
Por todo ello, dijo tener "la conciencia absolutamente tranquila en la defensa de que la política tiene que servir para resolver problemas y más si estamos hablando del principal problema de este país, que es la violencia y el terrorismo".
"SERÍA MI OBLIGACIÓN"
De esta manera, se mostró "absolutamente convencido" de que el juicio "quedará en nada" porque "no habrá ningún tribunal que pueda decir que la política no tiene que servir para avanzar en el camino de la paz y para resolver nuestros problemas".
"Por eso -indicó- confiamos en que, yendo con toda naturalidad y con toda tranquilidad, acabaremos también de esta misma manera sin ningún cargo porque no hay nada punible en nuestra actuación".
Preguntado sobre si volvería a reunirse, señaló que "hay que ponerlo todo en su contexto, y aquel era un contexto en el que todos o por lo menos la inmensa mayoría creíamos que había una posibilidad de conseguir definitivamente la paz y el abandono de las armas por parte de la banda terrorista". "En esas mismas condiciones, en aquel entonces, volvería a hacerlo porque sería mi obligación", aseguró.
