BARCELONA, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -
El jurado popular de la Audiencia de Barcelona declaró hoy, por unanimidad, culpables de asesinato a dos de los cinco acusados en relación con la muerte a tiros a dos guardas jurados de Prosegur el 9 de diciembre de 2002, durante el asalto a un furgón blindado del que se llevaron unos 219.000 euros en Terrassa (Barcelona). Por otro lado, el jurado consideró no culpables a los tres acusados restantes por falta de pruebas.
El primer acusado, que el jurado consideró como autor material del crimen, es Juan Pedro L.F., por el que el fiscal pide dos penas de 10 años de prisión por el delito de asesinato; cinco años de prisión por un delito de robo con violencia; y dos años de prisión por un delito de tenencia ilícita de armas. En total, 27 años de prisión.
El jurado consideró que José Antonio N.A. participó en los hechos como conductor, ya que un guarda del furgón blindado lo reconoció mientras esperaba en el interior de un vehículo estacionado cerca. El fiscal pide para este acusado cinco años de cárcel por un delito de robo con violencia.
Por otro lado, el fiscal también pide como responsabilidad civil a los dos acusados una indemnización de 120.000 euros para la viuda de Eladio R.R., María José Martínez; otros 120.000 euros para la viuda de Francisco F.R., Teresa Blanco, y una indemnización de 90.000 euros para cada uno de los hijos de esta última, Pilar Fusté Blanco y Francisco José Fusté Blanco. El fiscal también pide a Jose Antonio N.A. una indemnización a la empresa Prosegur por 219.700,14 euros, la cantidad robada.
El fiscal del caso también exigió medidas cautelares de prisión provisional sin fianza para los dos acusados, pero la defensa interpuso un recurso, por lo que el segundo acusado quedó en libertad con cargos a la espera de que el juez lo resuelva. Sin embargo, el primer acusado, Juan Pedro L.F., permanece detenido.
El jurado, que juzga desde el pasado día 20 a los cinco acusados de este crimen, cuatro hombres y una mujer, llevaba desde el miércoles deliberando. El magistrado-presidente del Tribunal del Jurado les devolvió el veredicto el jueves para que siguiera deliberando, en una medida excepcional que tiene que ver con la rectificación de un defecto de forma.
UN ATRACO QUE ACABÓ EN ASESINATO.
Los dos guardias jurados resultaron muertos por los disparos de unos asaltantes que atacaron su furgón blindado cuando recogían la recaudación del multicine AMC del centro de ocio Parc Vallès de Terrassa.
Los presuntos autores del crimen, Sergio C.A., Javier L.P. y Juan Pedro L.F., y sus cómplices, José Antonio N.A. y María Teresa M.C., quedaron en libertad con cargos por falta de pruebas tras el crimen, lo que provocó la indignación de los familiares y amigos de los dos vigilantes fallecidos, Francisco F.R., de 51 años, y Eladio R.R., de 40. Actualmente, sólo Juan Pedro L.F. permanece en prisión, aunque está cumpliendo una condena anterior por violación.
El suceso ocurrió sobre las 12.10 horas del 9 de diciembre de 2002, cuando tres personas con el rostro parcialmente cubierto asaltaron un furgón blindado aparcado en las oficinas del multicine del complejo Parc Vallès. Los dos vigilantes, Francisco F.R. y Eladio R.R., ya habían recogido la recaudación del fin de semana, unos 214.000 euros, cuando Sergio C.A. y Javier L.M. les abatieron a tiros y cogieron las sacas con el dinero, según el auto de hechos justiciables de la Audiencia de Barcelona.
Acto seguido, Juan Pedro L.F., "que actuaba de acuerdo" con los otros dos acusados, se colocó junto a las víctimas y remató con un tiro en la cabeza a Francisco F.R., que recibió un total de cuatro disparos. Eladio R.R. recibió siete disparos y murió mientras era trasladado al Hospital de Terrassa. Los dos vigilantes llevaban seis años trabajando para Prosegur.
Un tercer guarda jurado, el conductor, contempló la escena desde el furgón, aunque no pudo ayudar a sus compañeros debido a la actuación de los otros dos procesados, José Antonio N.A. y María Teresa M.C. Según el auto de la Audiencia de Barcelona, poco antes de que las víctimas salieran con la recaudación, los acusados aparcaron su coche junto al furgón blindado y la mujer se bajó para vigilar la zona e impedir que el conductor pudiese realizar "cualquier acción de defensa".
