MADRID, 28 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional juzgará a partir del próximo jueves a siete jóvenes acusados de atacar con artefactos explosivos a una patrulla de la Policía Foral de Navarra con la que se encontraron cuando pretendían boicotear la jornada electoral del 9 de marzo de 2008 en el Casco Viejo de Pamplona.
En el banquillo de los acusados se sentarán Iker Araguas Jusue, Iñaki Marín Mercero, Xabier Xagardoy Lana, Luis Goñi Lara, Artzai Santesteban Arizcuren, Joseba Fernández Aspurz y Aritz Azcona Domínguez, para quienes la Fiscalía pide 12 años de cárcel por los delitos terroristas de tenenecia y empleo de aparatos incendiarios (cinco años), atentado a un miembro de la policía de una comunidad autónoma (cuatro y medio) y desórdenes públicos (dos y medio).
En marzo de 2009 la Audiencia Nacional condenó a 16 años de cárcel a Odei Ijurco por estos mismos hechos, aunque en noviembre pasado el Supremo le rebajó la condena en seis años al considerar que la sentencia contenía varios errores de bulto, como la vulneración del principio acusatorio (se aplicó una pena por desórdenes públicos superior a la prevista en la ley) y la indebida aplicación de los tipos penales de atentado y de colaboración con banda armada.
El escrito de acusación provisional, que ha redactado el fiscal Pedro Martínez, recoge que tanto Ijurco como los otros siete acusados formaban un grupo de 20 encapuchados que se topó con una patrulla del cuerpo de policía autonómico cuando circulaban por la confluencia de las calles Mayor e Hilarión Eslava, en el centro de la capital navarra.
GRUPO ORGANIZADO DE 'KALE BORROKA'
Al percibirse de la presencia policial, los jóvenes comenzaron a arrojar artefactos explosivos contra la patrulla. Ijurco lanzó dos de ellos a los agentes que intentaban capturarles, lo que permitió la huída del resto de procesados. Una vez fue interceptado, éste ofreció una resistencia muy violenta "lanzando patadas y puñetazos" que provocaron contusiones a dos agentes.
En el lugar en el que se produjeron los hechos se localizaron 12 impactos producidos por el lanzamiento de artefactos incendiarios, así como restos de gasolina y seis 'cócteles molotov' que no llegaron a ser arrojados.
Los seis acusados formaban un grupo de 'kale borroka' (violencia callejera) relacionados con SEGI, a la que el fiscal califica de "organización terrorista controlada por ETA que, impidiendo la seguridad ciudadana, persigue producir profundo terror, atacando al conjunto de la sociedad democrática y constitucional del Estado de Derecho".
