MADRID, 20 Dic. (EUROPA PRESS) -
El diputado de la Chunta Aragonesista (CHA), José Antonio Labordeta, se despidió esta mañana de la tribuna del Congreso bromeando con el presidente de la Cámara, Manuel Marín, pero no le concedió su deseo de acabar cantando una jota en el hemiciclo. También fue la despedida de otros diputados del Grupo Mixto como Begoña Lasagabaster, de Eusko Alkartasuna (EA), y Francisco Rodríguez, del Bloque Nacionalista Galego (BNG).
Durante su intervención en el debate para la aprobación definitiva de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2008, Labordeta quiso enviar un "fuerte abrazo" a Marín en nombre del difunto Fernando Sagaseta, un diputado nacionalista canario de la Transición con el que Marín solía confundirle en los comienzos de la legislatura.
Sabedor de que también Marín se despide del Congreso esta legislatura, Labordeta le recomendó "paciencia" pero dejó claro que no iba a despedirse de su etapa como diputado con una jota aragonesa en el hemiciclo, tal y como reveló que le había solicitado el presidente del Congreso.
Asimismo, el diputado de la CHA deseó a la Cámara una Feliz Navidad y concluyó su breve alocución dando las gracias a todo su personal, especialmente a Mercedes, "mi guía espiritual", según sus propias palabras.
DESEOS DE PAZ.
Por su parte, Lasagabaster puso fin a sus doce años de diputada de EA dando las gracias a todos sus compañeros y pidiendo disculpas a quienes se hayan podido sentir "ofendidos" por sus intervenciones en la Cámara. Ya en euskera, Lasagabaster deseó a todos una Feliz Navidad no sin mostrar su deseo de que llegue la paz.
Ya por último, el representante de los nacionalistas gallegos en la Cámara Baja, Francisco Rodríguez, concluyó su intervención en el debate de Presupuestos con una despedida en su lengua natal, el gallego, de tan sólo dos palabras: "salud y fuerza".
Ayer, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dedicó a todos ellos y al diputado de Coalición Canaria (CC) Luis Mardones unas cariñosas palabras de despedida que fueron especialmente emotivas en el caso de Mardones, quien dijo ayer adiós a la Cámara después de 25 años como diputado.
