López Garrido, que recibirá el jueves a un ministro italiano, asegura que "no hay problemas" entre los dos gobiernos

Actualizado: lunes, 19 mayo 2008 19:24

MADRID, 19 May. (EUROPA PRESS) -

El secretario de Estado para la Unión Europea, Diego López Garrido, recibirá este jueves al ministro de Políticas Comunitarias, Andrea Ronchi, a quien el Ejecutivo de Silvio Berlusconi optó hoy por enviar para aclarar su postura en materia de inmigración al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tras el cruce de declaraciones entre miembros de ambos gabinetes en los últimos días, según indicó él mismo en declaraciones a Europa Press.

López Garrido, que ya el viernes tras las declaraciones de la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, había hablado con el embajador italiano en España, y hoy volvió a hacer lo propio, recibirá a Ronchi este jueves a las 12:00 horas en su despacho de la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación en Torres Agora. A continuación, los dos ofrecerán una rueda de prensa.

"No existe problema entre los dos gobiernos", aseguró el secretario de Estado, explicando que este es el mensaje que en las últimas horas se ha encargado de hacer llegar a los italianos en declaraciones a distintos medios del país, tras el "tremendo despliegue" que la cuestión estaba generando en la prensa italiana.

Tanto España como Italia "coincidimos en que la inmigración tiene que estar regulada por leyes, tanto la lícita como la ilícita y estamos de acuerdo en la necesidad de una política europea común" en la materia.

En opinión de López Garrido, "lo mejor que podemos hacer es no seguir en esta línea y no añadir más polémica" porque con eso, añadió, "no se consigue nada" y porque además, España e Italia tienen una política en materia de inmigración "de fondo bastante afín".

Según el secretario de Estado, su encuentro con Ronchi busca "dejar claras las cosas" y que no existen diferencias entre los dos gobiernos. Además, subrayó el hecho de que "el Gobierno italiano haya descartado adoptar una ley que convierta la inmigración clandestina en delito en el Código Penal"

ITALIA ENVIA AL MINISTRO PARA EXPLICAR SU POLÍTICA

El ministro italiano de Exteriores, Franco Frattini, había anunciado esta tarde en declaraciones a la RAI que Ronchi viajaría a Madrid para "ilustrar" al Ejecutivo español "lo que no conocen" sobre la postura de Italia en materia de inmigración.

En un primer momento la polémica surgió a raíz de unas declaraciones emitidas por la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y que posteriormente aclaró, asegurando que se trataba de una condena a los "incidentes concretos" relacionados con "la violencia, el racismo y la xenofobia" que tuvieron lugar la semana pasada en Italia contra algunas comunidades de gitanos.

Sin embargo, el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, volvió ayer a la carga, al asegurar que el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, "quiere criminalizar al diferente", mientras que la ministra de Igualdad, Bibiana Aido, contribuyó a aumentar la tensión, después de declarar al diario 'El País' que le pagaría un psiquiatra a Berlusconi, "aunque no sé si sería demasiado efectivo. Le harían falta muchas sesiones", añadió.

Por esta razón, Frattini decidió hoy dejar al embajador italiano en España, Pasquale Terracciano, el encargo de "promover un encuentro entre el miércoles y el jueves" entre Ronchi y su homólogo español. En cuanto a las declaraciones de los ministros españoles, Frattini consideró que "además de ser desagradables son fruto de una falta de conocimiento de las iniciativas del Gobierno Berlusconi sobre esta materia".

"Creo que no son aceptables las declaraciones de los ministros que interfieren en la autoridad de un Gobierno elegido por los ciudadanos italianos" y precisamente "sobre una materia como la de la inmigración, en la que es necesaria una cooperación estrechísima entre España e Italia", ya que ambas tienen un "interés común".