Maragall hará "todo lo posible" para que Montilla sea presidente y continúe su proyecto

Actualizado: viernes, 15 septiembre 2006 22:42


BARCELONA, 15 Sep. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, se comprometió hoy solemnemente a hacer "todo lo posible" para que el candidato del PSC a la Presidencia, José Montilla, sea el próximo presidente de la Generalitat y dé continuidad al proyecto de Gobierno catalanista y de izquierdas. "El cambio se ha iniciado, pero no se ha consumado", aseveró Maragall.

En presencia de Montilla del grueso de su gobierno con Joaquim Nadal y Joan Saura (ICV) al frente e incluso del ex conseller de Universidades, Manel Balcells (ERC), Maragall aprovechó una conferencia de balance de su obra de gobierno bajo el título 'Mil días que han cambiado Cataluña' en el Colegio de Arquitectos de Cataluña para manifestar "con toda franqueza que, como presidente del PSC, pretendo hacer todo lo posible para que Montilla sea el próximo presidente de la Generalitat".

"¿Para qué engañarnos?", dijo y añadió que Montilla es "la persona más indicada para continuar el proyecto de catalanismo progresista" iniciado esta legislatura. Al margen de su declaración personal, Maragall quiso que "quede claro que como presidente cumpliré con la máxima dignidad las obligaciones del cargo hasta el último minuto del mandato" y actuará como tal "hasta que se traspasa la responsabilidad a su sucesor".

En lo que consideró una de sus últimas intervenciones públicas como presidente, Maragall aseguró que "no me cansaré de repetir que el proyecto político que hace mil días está justo en su inicio" y se manifestó "orgulloso" de haberlo encabezado unos años y "traspasarlo a una nueva generación".

Para Maragall, el proyecto del Gobierno catalanista y de izquierdas sigue siendo válido como tal, al margen de que las nuevas generaciones "lo puedan enriquecer e incluso lleguen a negar el pasado". "Con este ánimo participaré en la campaña electoral", concluyó.

No obstante, el presidente no eludió la autocrítica y admitió la exigencia de una percepción "bastante extendida de que el cambio político ha sido insuficiente o mal ajustado a su intención original".

Se cuestionó si por ello el proyecto queda invalidado a lo que él mismo respondió que "todas las opiniones son válidas". En cualquier caso, sí admitió que, aunque los "problemas de recorrido" del tripartito constituían una "condición inherente", los socios sí "subvaloramos las dificultades objetivas de la gobernación".

RELACIÓN PRESIDENTE-PARTIDOS

En este sentido, Maragall consideró que el Pacto del Tinell "se quedó un poco corto en la definición de las reglas del juego de la coalición" y adujo que en ese momento "no teníamos la experiencia y no previmos con suficiente nitidez la relación 'presidente-partidos sin verse erosionados".

Para Maragall, gobernar en coalición no debe ser nunca "un obstáculo para afirmar una estrategia autónoma del Gobierno de la Generalitat más allá de las de los socios del gobierno", porque del pacto sale "una criatura nueva".

Asimismo, admitió que el Tinell fue una "yuxtaposición de programas" y no fruto de un proceso de maduración, lo que "ha hecho más difícil avanzar". Puso como ejemplo la crisis de Gobierno a raíz de la aprobación del Estatut y que le llevó a cesar a los consellers de ERC por "incompatibilidades insalvables".

Para Maragall, si no se hubiera afrontado la legislatura como constituyente, los resultados gubernamentales del tripartito habrían sido "espectaculares" y se habría consolidado un "cambio político e institucional", de "paradigma cultural" en Cataluña. Maragall proclamó el final del "monopolio del catalanismo por parte del nacionalismo conservador" y la "ampliación espacio catalanismo".

Ante tales logros, Maragall apostó ahora por "canalizar el conflicto y convertirlo en una nueva oportunidad" en lugar de retroceder en el camino y volver al histórico oasis catalán y a un modelo político y cultural, vigente en Cataluña desde la transición, "caducado y que no sirve".

Así, manifestó que el 1 de noviembre "lo que está en juego es avanzar hasta su culminación en el proceso de cambio" y aseguró que "estamos en las mejores condiciones para seguir este camino" con el Estatut y la experiencia de Gobierno asimilada.

No perdió la oportunidad de hacer un reconocimiento público a los 27 consellers que ha tenido a sus órdenes y los citó a todos ellos comenzando por Josep Lluís Carod-Rovira y, siguiendo por orden alfabético, acabando por Xavier Vendrell, considerándoles "dignos servidores" del Gobierno de la Generalitat y "corresponsables de los resultados obtenidos".

LOGROS TAMBIÉN EN ESPAÑA

Maragall desgranó los logros de la apuesta política de cambio en Cataluña e hizo especial hincapié en el debate sobre el autogobierno que el tripartito enfrentó pese a saber que "tendría consecuencias directas e indirectas en el sistema institucional español".

Así, reiteró que con el Estatut Cataluña "ha conseguido la máxima capacidad competencial y reconocimiento de su identidad nacional", dejando el papel del Estado en "casi residual, al tiempo que más sólido que nunca" por el fortalecimiento de la Generalitat en virtud del principio de subsidiariedad.

El presidente catalán señaló que "no lo han entendido así quien no ha querido entenderlo nunca" y rechazó "perder tiempo con quienes me acusan de convertirme peligrosamente nacionalista o de sucursalista de Madrid".

Por ello, Maragall defendió que el tripartito hizo la "apuesta más sincera de colaboración con España" y se manifestó convencido de que con la reforma del Estatut la España plural "ha corrido la primera etapa en la dirección correcta", pese a que "puede haber fallado el ritmo o la previsión, un poco cándida, de las reacciones", como los boicots a los productos catalanes.

SIN MARCHA ATRÁS

Pese a todo, celebró que "las reformas no tienen marcha atrás" y asumió el "coste político y personal" antes que "continuar 20 años más haciendo de la resignación virtud", en referencia a CiU. Asimismo, manifestó sus dudas sobre las "garantías" que ofrece CiU en sus promesas después de "aplazar durante 20 años la aplicación de las medidas previstas en el anterior Estatut".

De cara al futuro, Maragall advirtió que "se equivocarían los partidos catalanes si en el despliegue del Estatut se centran en el tacticismo y el juego corto, como a menudo ha pasado".

"El camino de despliegue será largo y complicado, requerirá de pacto político y cambio en la cultura de la administración del Estado", avisó, sabedor de que "también en España se debe aplicar un cambio de paradigma" y reconocerse como un Estado "compuesto" donde naciones, nacionalidades y regiones "son coprotagonistas y participan en la definición del todo".

También avisó de que "mantener abierta una dialéctica basada en el eje identitario no contribuirá a desarrollar positivamente ninguna de las previsiones del nuevo Estatut" y señaló que la diferencia en el futuro de Cataluña "dependerá de lo que queramos hacer y hagamos con las herramientas de las que nos hemos dotado". Lamentó que "desde Cataluña ya hay quien proclama proyecto España plural es inviable" pero señaló que "no hay otra alternativa que continuar adelante". "No hay otro camino sensato", remachó.