Miles de personas despiden a Isaías Carrasco en Mondragón

Actualizado: domingo, 9 marzo 2008 0:33


MONDRAGÓN (GUIPÚZCOA), 8 Mar. (EUROPA PRESS) -

El féretro con los restos mortales del ex edil socialista, Isaías Carrasco, asesinado por ETA, fue sacado a hombros del Ayuntamiento de Mondragón por miembros de la Ejecutiva del PSE-EE como Patxi López y Miguel Buen, a las 17.00 horas de esta tarde, entre los aplausos de los asistentes.

La capilla ardiente se cerró al público a las 16.00 horas y durante una hora después permanecieron en su interior los familiares de Carrasco para despedirse en la intimidad del ex edil socialista.

A las 17.00 horas, salió la comitiva fúnebre encabezada por las más de 50 coronas que ha recibido la familia en la capilla ardiente, y, detrás, se situaron los familiares de Carrasco, su mujer y sus dos hijas mayores, que accedieron arropados por cargos de la Ejecutiva socialista y miembros de la agrupación local, así como de dirigentes de todos los partidos, excepto ANV.

El féretro era portado a hombros por miembros de la Ejecutiva del PSE, con el secretario general del PSE-EE, Patxi López, y el secretario general del PSE de Guipúzcoa, Miguel Buen, a la cabeza. En ese momento, los asistentes irrumpieron en aplausos y algunos de ellos levantaron el puño y entonaron la 'Internacional'.

Llegado a la Herriko Plaza, los concejales socialistas de Mondragón, así como miembros de esta agrupación, tomaron el relevo. En el momento de la entrada en la Iglesia San Juan Bautista, donde se celebró la ceremonia fúnebre, el féretro fue portado por los familiares. El funeral fue oficiado por el obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, el cual denunció la "violencia desalmada" de ETA en el transcurso de la homilía del funeral del ex edil socialista. El prelado vasco exigió a la banda armada su desaparición definitiva y apeló a no resignarse ante esta situación.

Centenares de personas abarrotaron la parroquia, que se quedó pequeña para acoger a todos aquellos que querían dar su último adiós a Carrasco. Por ello, la ceremonia fue seguida, por megafonía, desde el exterior de la Iglesia por cientos de personas, la mayor parte vecinos de la localidad, que no pudieron acceder al interior y permanecieron en el lugar pese a la incesante llovizna caída durante toda la tarde.

En el interior de la Iglesia, numerosas personalidades políticas e institucionales asistieron a la ceremonia fúnebre, entre ellas, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, el presidente del Senado, Javier Rojo, el lehendakari del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, el presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, el presidente de la Junta de Andalucía y presidente del PSOE, Manuel Chaves, el consejero de Trabajo de la Xunta de Galicia y secretario de organización del PSDG (PSOE), Ricardo Varela.

También estuvieron presentes en la homilía el presidente de Asturias, Vicente Álvarez Areces, la consejera de Educación y Ciencia del Gobierno de Aragón, Eva Almunia, la vicepresidenta de Cantabria, Lola Gorostiaga, la presidenta del Parlamento vasco, Izaskun Bilbao, el diputado general de Guipúzcoa, Markel Olano, y la presidenta de las Juntas Generales de Guipúzcoa, Rafaela Romero.

Además, se desplazaron hasta Mondragón para dar su último adiós a Isaías Carrasco y arropar a la familia, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, el secretario general del PSE, Patxi López, el presidente de la formación en Guipúzcoa, Jesús Egiguren, el presidente de los socialistas guipuzcoanos, Manuel Huertas, el secretario general del PSE Vizcaya, José Antonio Pastor, el secretario general de los socialistas alavesas, Patxi Prieto, y el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares.

Asistieron también el presidente del Euskadi Buru Batzar del PNV, Iñigo Urkullu, el presidente de EA, Unai Ziarreta, la presidenta de los populares vascos, María San Gil, el cabeza de lista de los populares al Congreso por Vizcaya, Ignacio Astarloa, y el coordinador general de EB, Javier Madrazo. Entre los sindicalistas, destacó el secretario general de UGT-Euskadi, de la que era afiliado Carrasco, Dámaso Casado

Durante la homilía, el obispo de San Sebastián afirmó que, tras el atentado, los ciudadanos han llegado "conmovidos, afligidos e indignados" hasta las puertas de la iglesia San Juan Bautista.

"Nuestra mirada está fija en el ataúd que contiene el cuerpo sin vida de un hombre, de un hombre joven, esposo, padre, hijo querido, asesinado ayer mismo por la violencia desalmada de ETA. La misma mirada se posa sobre su esposa María Angeles, sus hijos Sandra, Ainara y Adeitz y su madre Agustina", afirmó.

Uriarte señaló que su propósito no es "desviar" esa mirada, sino "desvelar su profundidad", así como contribuir "a levantarla con una reflexión nacida de la fe y destinada a ensanchar nuestra solidaridad, libertad y esperanza".

El prelado indicó que "la solidaridad, libertad y esperanza" es un mensaje "para todos los presentes". "La solidaridad que nos hace sensibles a todas las formas de sufrimiento que afligen a nuestra sociedad, nos hace hoy particularmente sensibles al sufrimiento de esta familia, a los amigos de Isaías, de sus compañeros de partidos y de todas las víctimas como él", afirmó.

Asimismo, destacó que la libertad de espíritu "nos reclama coraje para ejercerla en este momento político decisorio, sin que ninguna coacción que pretenda amedrentarnos o doblegarnos encuentre el eco más mínimo en nuestra voluntad".

Uriarte añadió también que la esperanza, "siempre herida por acontecimientos terribles como éste", es, a su juicio, necesaria "para vivir". "Sin esperanzas estamos muertos. La esperanza en Dios, que no ha dejado de sus manos la orientación discreta y respetuosa de la historia, aviva nuestras esperanzas históricas y, en concreto, la esperanza de paz de este pueblo, construida entre todos y para todos, que no quiere, no puede resignarse a la presente situación y exige a ETA su definitiva desaparición, aseguró.

El obispo vasco afirmó que, con el asesinato de Carrasco, lloran sus familiares, amigos, compañeros de partido y sindicatos y también "muchos ciudadanos". "Este llanto es signo de proximidad y solidaridad", aseguró. Uriarte indicó que la parroquia y a diócesis quieren comprometerse a "mantener" la solidaridad y expresarla "con obras y palabras".

Uriarte aseguró que Jesucristo "dará vida plena y definitiva a Isaías" y ayudará a su familia para seguir viviendo "con toda dignidad", sin permitir que "este manotazo terrorista los recluya en la depresión crónica o destruya su salud anímica y su amor a la vida". El obispo indicó que "muchas miradas amistosas, muchos corazones abiertos y muchas manos dispuestas" les ayudarán y serán una "guía" para que les vaya llegando "paso a paso, el ungüento del consuelo de Jesús". "Muchas víctimas se han sentido confortadas y consoladas en trances semejantes".

Las últimas palabras de Uriarte fueron para recordar que sus padres vinieron de Morales de Toro, en Zamora, una tierra donde fue obispo y que, por tanto, es "tan querida" para él.

"Te echarán de menos en la próxima Semana Santa. Ya no podrás compartir con tus amigos de allí en las tertulias sosegadas de las noches de verano, el caldo excelente de sus viñas. Pero Dios Padre te ha preparado un Gran Reserva Especial Único que beberás junto a su Hijo, y junto a tu padre y tus abuelos, en el banquete de la vida eterna, indicó.

El funeral concluyó minutos antes de las seis de la tarde y el furgón fúnebre con los restos mortales de Carrasco, que será incinerado, fue despedido con aplausos por parte de las personas que se encontraban en las inmediaciones de la iglesia y algunos gritos de "ETA asesina".