BARCELONA, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Generalitat y candidato socialista a la reelección, José Montilla, ha admitido que no es "zapaterista", como en su día no era felipista, porque no es mitómano. "Ni era gonzalista ni soy zapaterista: soy socialista catalanista", ha asegurado Montilla en declaraciones a TV3 recogidas por Europa Press.
Montilla ha antepuesto el gasto social a la inversión en infraestructuras: "Una carretera puede esperar dos o tres años aunque sea importante" y en cambio, las prestaciones sociales no, ha dicho. "Hay que hacer una priorización, y hay gastos sociales que deben hacerse si no queremos poner en peligro un elemento básico de nuestra sociedad: la cohesión social", ha añadido el candidato.
En cuanto a la crisis económica, ha certificado: "Ya me gustaría que la crisis la pagasen quienes la han provocado, pero los mercados mandan mucho".
Asimismo, ha defendido la introducción de reformas en el sistema público de pensiones para garantizar que estas prestaciones sigan existiendo en los próximos 25 años, al mismo tiempo que ha vuelto a defender la emisión de bonos particulares por parte de la Generalitat y ha recalcado que los bonos han tenido más demanda que oferta, situación que ilustra que los mercados confían en la Generalitat incluso más que en otros productos de entidades financieras.
PACTO CONTRA LA CRISIS
Montilla ha defendido su segunda promesa en campaña: que lo primero que hará si es reelegido es convocar a partidos políticos y agentes socioeconómicos para acordar un pacto para la ocupación y contra la crisis. Ha indicado que hace nueve meses, ya trató de hacer un acuerdo de este tipo, pero no fue posible contar con el respaldo de la oposición, algo que ha atribuido a la proximidad de las elecciones.
Ha dicho también que para él los grandes acuerdos no son nada nuevo, y prueba de ello son los 'pactos nacionales' que se han hecho estas dos legislaturas en ámbitos como la educación y las infraestructuras, entre otros.
SITUACIÓN IRLANDESA
Montilla ha recalcado que desde las filas de CiU, durante años se ha visto Irlanda como modelo, estado que ahora está "tocando el precipicio", entre otras causas, por la 'burbuja inmobiliaria' que ha vivido y ha defendido que Cataluña siga perteneciendo a España, frente a quienes tienen visiones "románticas" de la independencia que no se corresponden con la realidad.
En este sentido, ha recalcado que él dice claramente y sin rodeos que no es independentista, algo que no pueden decir ni Artur Mas ni otros destacados dirigentes de CDC, como Oriol Pujol, Francesc Homs y Felip Puig, algo que prueba a su parecer que la Convergencia moderada de Jordi Pujol ya no existe.
