BARCELONA, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
El doctor peruano Carlos Morín ha declarado este jueves, después de tres meses de juicio en la Audiencia de Barcelona, que confía en que será absuelto de los delitos de aborto ilegal, asociación ilícita y falsedad documental por los que ha sido juzgado.
En declaraciones a los medios, Morín ha dicho que "se ha hecho un juicio innecesario e infundado", por lo que ha expresado su convencimiento de que se hará justicia y que obtendrá una sentencia absolutoria ante los más de 270 años que pide la Fiscalía.
Morín también ha lamentado ser, para las acusaciones, un "símbolo contra la salud reproductiva de las mujeres", alegando que ha luchado por ellas durante más de 50 años.
Su esposa, María Luisa D.S., también acusada de 57 delitos de aborto ilegal según la Fiscalía, ha declarado que "todo el daño que podían haber hecho lo han hecho", en alusión a e-Cristians, la Fundación Tomas Moro y Alternativa Española--.
Sin embargo, ha explicado "es mejor que este juicio se haya hecho porqué así se demuestra que las acusaciones son infundadas", pese a que también ha lamentado que, después de cinco años, las clínicas hayan tenido que cerrar.
La acusación popular ha valorado positivamente las conclusiones del juicio ya que, según ha dicho, ha quedado acreditada la actividad irregular de las clínicas: "Pese a que la defensa ha querido politizar el juicio, ha quedado inequívocamente probado que en las clínicas se hacían abortos fuera de la ley".
La defensa, por su parte, también ha considerado positivo el juicio porque "se han podido desmontar todas las acusaciones, pues las pruebas que presentaban eran ilícitas".
Respecto a los más de 2.000 historiales clínicos que se guardan en las dependencias de la Audiencia desde hace más de cinco años, Morín ha opinado que deberían haber sido llevados al Institut Catalá de la Salut (ICS), una declaración que la defensa ha compartido, al considerar "una vergüenza que aun no se haya hecho".
Según han concluido todas las partes, ha sido un juicio agotador psicológica y físicamente, que ha tenido una larga duración y sobre el cual, incluso el presidente del Tribunal se ha atrevido a ironizar al acabar: "Voy a pronunciar una frase que creía que no iba a pronunciar nunca, visto para sentencia".
