El obispo de Salamanca anima a la Iglesia a mostrar más claramente identidad en Navidad para ayudar a descubrir a Dios

Actualizado: lunes, 25 diciembre 2006 18:47

SALAMANCA, 25 Dic. (EUROPA PRESS) -

El obispo de Salamanca, Carlos López Hernández, animó a la Iglesia a aprovechar el tiempo de Navidad para mostrar más claramente su verdadera identidad y ayudar a todos los hermanos a descubrir el rostro verdadero de Dios.

Este es el principal mensaje de López Hernández en su carta pastoral de esta semana que, bajo el título 'Navidad en tiempos de laicismo', anima a todos los fieles a celebrar la fiesta del Nacimiento del Salvador viviendo intensamente la caridad. "Si vemos a los demás con los ojos de Cristo podremos darles mucho más que la ayuda de cosas materiales: podremos ofrecerles la mirada de amor que toda persona necesita", argumenta el obispo.

Tras recordar que la Navidad es la celebración del nacimiento de Jesús, "el hombre perfecto hijo de María y el Hijo único de Dios que viene como Mesías a salvar a los hombres de todos sus pecados", el obispo de Salamanca recuerda también que estas fechas representan "la fiesta de la comunión definitiva de amor entre Dios y el hombre" y "la fiesta del amor de cada persona a Dios y a todos los hombres, a los que debe reconocer como hermanos también cuando no halle correspondencia en esa aceptación fraternal".

Frente a esta visión cristiana, el obispo de Salamanca contrapone la existencia del laicismo, al que define como la voluntad de prescindir de Dios en la visión y la valoración del mundo, en la imagen que el hombre tiene de sí mismo, del origen y término de su existencia, de las normas y los objetivos de sus actividades personales y sociales.

"La referencia a Dios es considerada por el laicismo como una deficiencia de madurez intelectual y de pleno ejercicio de la libertad: si Dios existe, el hombre no es libre; el hombre libre no puede reconocer la existencia de Dios", explica el obispo de Salamanca en esta carta en la que lamenta que es precisamente esta negación de Dios "el problema radical de nuestra cultura, que provoca profundas alteraciones en la configuración de la vida de las personas, de la institución familiar y de la convivencia social".

Ante este "desafío", Carlos López Hernández recuerda que los católicos tienen la misión de ofrecer a sus hermanos el gran "sí" que en Jesucristo Dios dice al hombre y a su vida, al amor humano, a la libertad y a la inteligencia.

"El misterio de la Navidad nos revela que es Dios quien nos enseña lo que es amar y nos hace capaces de amar como somos amados por Él. Adorar a un Dios que se nos ha revelado como amor nos obliga a reconocer el amor como sustancia de la realidad humana y como norma de nuestra libertad", continúa el obispo de Salamanca para quien el amor vivido con generosidad y eficacia, para ser discípulos de Jesús, "es lo único que puede hacernos testigos de la verdad y de la bondad de Dios para nuestro mundo".