Pablo Iglesias logra la Vicepresidencia del Gobierno que lleva reclamando cuatro años

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, sube a la tribuna del Congreso para intervenir en la segunda sesión de votación para la investidura del candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, en Madrid (España), a 7 de enero de 2020.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, sube a la tribuna del Congreso para intervenir en la segunda sesión de votación para la investidura del candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, en Madrid (España), a 7 de enero de 2020. - Eduardo Parra - Europa Press
Actualizado: jueves, 9 enero 2020 14:39
Moncloa confirma los nombramientos de los ministros de Podemos

El cofundador y secretario general de Podemos, Pablo Iglesias (Madrid, 1978), será nombrado vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030 del primer Gobierno de coalición que se conforma en España desde la II República, según ha confirmado La Moncloa este jueves.

Doctorado en Ciencias Políticas cum laude con mención europea y licenciado en Derecho por la Complutense, Iglesias ha logrado hacerse con este cargo gracias a su acuerdo con el presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, para conformar un bipartito.

El líder del partido morado, que llevaba cuatro años reclamando a los socialistas un Ejecutivo de coalición, se convierte ahora en un destacado miembro del Gobierno con su Vicepresidencia de Derechos Sociales y Agenda 2030, de la que dependerán los Ministerios de Igualdad, Trabajo, Universidades y Consumo.

DE LA UNIVERSIDAD Y LOS PLATÓS A LA PRIMERA LÍNEA POLÍTICA

Estudiante brillante, y amante de las series de televisión y la comunicación política, Iglesias ejercía de profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense cuando saltó a la primera línea de la política en enero de 2014, con la creación de Podemos, aunque ya se había hecho un nombre como presentador y tertuliano en diferentes programas televisivos de debate.

Con su inconfundible coleta, Iglesias pasó de los platós y el aula universitaria al Parlamento Europeo, donde ocupó su primer cargo público como eurodiputado hasta octubre de 2015, cuando dejó el escaño para preparase sus primeras elecciones generales como candidato a La Moncloa, las de diciembre de 2015.

Del 'sorpasso' al PSOE al que aspiraba entonces y que se vaticinó aquel 2015 poco queda ya, con un Podemos que ha pasado de los 69 diputados que logró en esa cita con las urnas a los 35 de las generales del 10 de noviembre.

Sin embargo, Iglesias ha capeado el temporal y, a pesar de haber perdido más de 30 diputados y el tercer puesto del podio de partidos con más peso en España --ha sido superado por Vox en las generales de noviembre--, ha conseguido alcanzar el objetivo que Podemos se marcó cuando nació: llegar al poder.

AL "CIELO" DE LA MONCLOA, SIN "ASALTO"

El "asalto a los cielos" sin consenso que proclamó en la primera asamblea de Vistalegre en otoño de 2014 llega ahora, por el contrario, en forma de pacto con el PSOE, con una Vicepresidencia y cuatro Ministerios; una Vicepresidencia a la que en verano renunció, dando un paso atrás, como concesión para lograr salvar un acuerdo con el PSOE que nunca se llegó a fraguar.

Hicieron falta unas nuevas elecciones generales para que Podemos lograra convencer al PSOE de conformar el Gobierno de coalición que los morados llevan pidiendo desde enero de 2016. En concreto, desde la polémica rueda de prensa en la que, tras su reunión con el Rey, se ofreció a Sánchez como vicepresidente, sin habérselo trasladado antes en privado.

A Iglesias esa comparecencia le costó ser tachado de "soberbio y prepotente", dos de los principales defectos que le achacan sus principales detractores. Por su parte, sus seguidores y allegados siempre destacan de él su honestidad, su tenacidad, su alto sentido de la lealtad y su fuerte compromiso con sus ideas y con los suyos.

El ceño fruncido y el fuerte carácter que caracterizaban al Iglesias de los inicios de Podemos, el Iglesias que recriminó al PSOE "la cal viva" en el debate de investidura fallida de Pedro Sánchez de marzo de 2016, ha dado paso ahora a un perfil mucho más institucional y sosegado, de un Iglesias que ha asumido las implicaciones que tiene su nuevo papel de vicepresidente.

Junto a esa rebeldía, el 'sorpasso' y el 'asalto a los cielos' también quedaron atrás las críticas "a la casta" y al "régimen del 78" con las que Iglesias supo hacerse un hueco en la agenda y revolver el tablero político en 2014.

Seis años después, en lugar de pedir abrir un proceso constituyente como en sus inicios, Iglesias ha transformado la Constitución en su principal arma para reivindicar sus propuestas sociales, que ahora tratará de poner en marcha como vicepresidente segundo de Derechos Sociales y Agenda 2030.

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