Actualizado: martes, 6 febrero 2007 23:06


MADRID, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -

El magistrado del Tribunal Constitucional Pablo Pérez Tremps explicó hoy que, "por lo menos", se va a plantear si presenta su dimisión, pero como no se deben adoptar este tipo de decisiones "en caliente", se decantará por una de las dos opciones tras valorar su "situación personal e institucional", después de que ayer se estimara la recusación que el PP presentó contra él para apartarle del debate del recurso de inconstitucionalidad interpuesto contra el Estatuto de Cataluña.

En declaraciones a la Cadena Ser, recogidas por Europa Press, el primer magistrado recusado de la historia del TC explicó que cuando adopte una decisión sobre su decisión se lo comunicará en primer lugar a la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas.

En cualquier caso, negó que alguien le hubiera pedido que dimita o que no lo haga, porque las únicas llamadas recibidas han sido de "amigos" y "ninguna de contenido político". Agregó que los que le "conocen saben que una llamada de ese tipo sería contraproducente".

En cuanto a la calificación de que su dimisión, para ser reemplazado por otro magistrado designado por el Gobierno, sería algo "indigno", Pérez Tremps respondió que seguramente eso lo dicen los que decían que se tenía que ir, por lo que lo considera "ilógico". Añadió que si decide dimitir será "precisamente por dignidad".

"ME HABRÍA IDO DEL TRIBUNAL"

"Si no hubiera estado en condiciones" de intervenir en la resolución del recurso del Estatut, "no es que no habría aceptado la recusación, sino que me habría tenido que ir del Tribunal previamente", porque "aquí se viene a defender la Constitución, no a defender Estatutos, ni leyes, ni gobiernos, ni oposiciones", aseguró.

En este sentido, insistió en que se "sentía plenamente capacitado intelectual y éticamente para resolver ese asunto, como los miles que hay que resuelven todos los días en el Tribunal".

Respecto a la estimación de la recusación, el magistrado dijo que no se sentía "muy a gusto", pero que "en este trabajo hay que hacer frente a situaciones de éstas". Agregó que no entendía "cómo algo puede ser para unas personas una cosa y seis meses después la contraria", en referencia a los tres magistrados que votaron en contra de la primera recusación presentada contra él por el PP y a favor de la segunda, Guillermo Jiménez, Vicente Conde y Javier Delgado.

Preguntado por si este cambio de criterio podía obedecer a presiones recibidas, Pérez Tremps se limitó a contestar que lo ignoraba, pero que "allá cada cual con su conciencia". Dijo saber el contenido de las deliberaciones a través de la prensa y señaló que frente a lo que decían los medios de comunicación de que su recusación "era de libro", "lo que va a ser de libro será la resolución" que se adopte.

CRITICADO MÁS PRONTO QUE TARDE

En su opinión, el auto será criticado "más pronto que tarde", porque "sencillamente es una decisión que sale fuera de la lógica del Tribunal Constitucional".

En cuanto al trabajo en sí por el que ha sido recusado, el magistrado explicó que "es uno de los muchos que muchos académicos" hacen a lo largo de su carrera, y tuvo que refrescar la memoria para recordarlo, porque "había pasado tiempo y es parte de una línea de investigación que había seguido durante muchos años"

Agregó que se publicó en un libro colectivo, con trabajos de muchas personas, y se realizó por "encargo del Instituto Estudios Autonómicos de Generalitat de Cataluña, mucho antes de que fuera magistrado del TC, pero también de que hubiera ni siquiera proyecto de Estatut", porque se produjo "durante el último Gobierno de Jordi Pujol". "Era un trabajo exclusivamente académico", apostilló.

Sobre si decisiones como la de ayer hacen que los ciudadanos desconfíen de la justicia, el magistrado se limitó a afirmar que "las instituciones, como deben servir a los ciudadanos, hay que cuidarlas mucho", tanto por las propias instituciones como por el Gobierno, las oposiciones, las comunidades o los ayuntamientos. "Hay que pensar muy bien qué se hace desde el punto de vista institucional para el prestigio de las propias instituciones que es a las que los ciudadanos se tienen que agarrar en defensa de sus derechos e intereses", concluyó.