Los pilotos del F-5 siniestrado en Badajoz reciben a título póstumo la Cruz al Mérito Aeronáutico

Actualizado: sábado, 28 enero 2006 16:25

La delegada del Gobierno indica que la investigación sobre el accidente está en manos de Defensa y no hay novedades al respecto

MÉRIDA, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -

Los dos pilotos del F-5 que se estrelló ayer en la localidad pacense de Burguillos del Cerro recibieron hoy, a título póstumo, la Cruz al Mérito Aeronáutico, con distintivo amarillo.

Las distinciones fueron impuestas en el funeral por la muerte de los dos pilotos, en el transcurso del cual se dio lectura a la orden por la cual se conceden las condecoraciones, firmada por el ministro de Defensa, José Bono.

El solemne funeral tuvo lugar en el hangar principal de la Base Aérea de Talavera la Real (Badajoz), a la que pertenecían los dos pilotos: el capitán instructor Raúl Garzón Ruiz, de 31 años y natural de San Fernando (Cádiz), y el alférez alumno Gabriel Garrido Muñoz, de 24 años y nacido en Bilbao, aunque con domicilio familiar en Malpartida de Plasencia (Cáceres).

A la misa, oficiada por el capellán de la unidad, Luis Malbas, asistieron, además de los familiares de los fallecidos y todos los integrantes de la base, el jefe del Estado Mayor del Aire, Francisco Javier García de la Vega; la delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira; la consejera de Presidencia de la Junta, Casilda Gutiérrez; y el alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán.

Al término del funeral, la delegada del Gobierno lamentó, en un encuentro con los periodistas presentes, la pérdida de la vida de los dos militares, al tiempo que ensalzó el hecho de que fallecieran cumpliendo su obligación en acto de servicio. Respecto a las posibles causas del accidente, se limitó a indicar que no hay noticias y que la investigación está en manos del Ministerio de Defensa.

Los actos fúnebres estuvieron marcados por una gran solemnidad. El altar se ubicó entre dos F-5, el tipo de reactor que utiliza el Ejército del Aire español como escuela de caza y en el que se estrellaron los pilotos.

Como es habitual en este tipo de actos, se rindieron los máximos honores con banda de música, escuadra de gastadores y presencia de los banderines y guiones de la unidad, el Ala 23. Durante la misa también se leyó un mensaje del arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil.

Los restos mortales del alférez recibirán sepultura en Malpartida de Plasencia, mientras que los del capitán serán incinerados en la capital pacense.

PRECEDENTES

Otros dos pilotos instructores pertenecientes al Ala 23 del Ejército del Aire, la antigua Escuela de Reactores con sede en la Base Aérea de Talavera la Real (Badajoz), fallecieron el 22 de enero y el 30 de abril de 2003 en sendos accidentes de aviones caza F-5 registrados en la provincia extremeña.

El 22 de enero de 2003, el teniente instructor D.M.L., de 26 años de edad, falleció al estrellarse el caza que pilotaba cerca de la localidad de Santa Marta, en Badajoz, en la Finca Dehesa 'El Monte de la Torre'. El accidente, que también provocó heridas al alumno que acompañaba al piloto, se produjo después que el aparato atravesara una virulenta tormenta que produjo fuertes turbulencias.

El 30 de abril de ese mismo año, otro caza F-5 se estrelló en las proximidades de la población extremeña de Balboa (Badajoz), cercana a la pista de aterrizaje de la Base Aérea de Talavera la Real, causando la muerte del capitán del Ala 23 que lo pilotaba, M.R.H, de 34 años de edad.

El siniestro se produjo días antes de que ese mismo caza F-5 participara como emblema de la Escuela de Reactores en los actos de conmemoración del 50 aniversario de la Base Aérea de Talavera La Real.

INSTRUCCIÓN DE CAZA Y ATAQUE

Unos 2.000 pilotos del Ejército del Aire español han recibido su instrucción de "caza y ataque" en la base aérea de Talavera la Real (Badajoz), desde la fundación de esta unidad, en el año 1953, hasta hoy.

Estos dos millares de alumnos procedentes de la Academia General del Aire que han culminado su formación como piloto de caza en Talavera han realizado durante su periodo de instrucción en la base un total de 240.000 horas de vuelo.

Tales datos fueron aportados a finales de 2005 en un encuentro con los medios de comunicación por Guillermo Vayá, el coronel jefe del Ala 23, como se conoce a la Unidad de Instrucción de Caza y Ataque del Ejército del Aire.

Los aviones que se emplean en el Ala 23 para instrucción son los F-5B, de los que la base cuenta con una veintena. Estos aparatos, de más de 14 metros de largo y nueve toneladas de peso, pueden alcanzar una velocidad máxima de 1.445 kilómetros por hora. Por último, cabe indicar que el personal de la base se compone de 729 personas, de las cuales 554 son militares.